Sin viajes del Imserso a la Costa Daurada hasta marzo

Los hoteleros no lo ven factible ante el desequilibrio precios-costes. Mientras, los comerciantes temen sus efectos

14 noviembre 2021 12:16 | Actualizado a 15 noviembre 2021 11:29
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A pesar de que ya hay fecha definitiva para que los mayores de 60 puedan comenzar a contratar viajes del Imserso (el 14 de diciembre), los hoteleros de la Costa Daurada han decidido no apostar por este Programa de Turismo Social dado la insostenibilidad que, según entienden, les supone la puesta en marcha de la iniciativa.

Pero no serán los únicos afectados, ya que indirectamente y de forma colateral también se verán perjudicados los comerciantes que tienen sus ojos puestos en esas fechas -especialmente en el mes de febrero- para sanear un periodo de descenso de ventas tras la campaña navideña.

Como explica Jaume Orteu, presidente de la Associació Hotelera Costa Daurada i Terres de l’Ebre, «esta temporada del Imserso, no habrá ningún hotel que abra», refiriéndose a la época que se extiende hasta mediados del mes de marzo. Los motivos a los que alude Orteu, que cuenta con más de 35 años de experiencia en el sector hotelero de Salou, es que «los precios del programa están muy por encima de los costes», ya que el Imserso viene ofreciendo que los alojamientos cobrasen  20 euros/noche (más IVA)  la habitación, las tres comidas, la animación y el servicio médico en hoteles de cuatro estrellas. 

La propia Associació Hotelera entiende que en los pliegos del Imserso hay una clara ausencia de estudios de costes, exclusión ‘de facto’ de los hoteles de 3 estrellas y prórrogas del programa sin revisión de precios en un escenario de «costes disparados».

Orteu recuerda que el programa del Imserso busca un doble objetivo: «por una parte, atender a fines sociales en favor de los mayores; y por otra, ayudar al mantenimiento del empleo en los establecimientos hoteleros». Pero, a su entender, lo que no tiene mucho sentido es que «tengamos los precios congelados desde hace mucho tiempo» e incide en el recurso presentado en junio por los hoteleros de toda España al respecto y que debería tener respuesta antes del próximo día 23. Ahora genera pérdidas económicas a la actividad hotelera en un sector dinamizador como el nuestro. Se paga por debajo de los costes de explotación», remarca Orteu. 

Sin interesados

Por todo ello, Orteu adelanta que «no hay empresas de la Associació (que agrupa a la gran parte del sector en la Costa Daurada y Terres de l’Ebre) que estén interesadas en acogerse ahora al Imserso» y adelanta que «habrá que esperar hasta marzo» para conocer el futuro de la siguiente tanda del Programa de Turismo Social. A los bajos precios, hay que añadir también que este año -tras la ausencia de la iniciativa del Imserso a causa el coronavirus- habrá menos plazas disponibles y, como consiguiente, menos posibilidades de que sea atractivo para los hoteleros.

Pero bajo la doble funcionalidad del programa del Imserso, la de crear y mantener empleo parece que volverá a verse afectada en las próximas semanas y meses. La apertura de hoteles, aunque sea bajo mínimos, suponía conservar plantillas de trabajadores (en muchos casos fijos discontinuos) al tiempo que se alargaba su temporada de trabajo y se reducía su estancia en paro. Se trata de otro factor que dañaría seriamente la cadena económica de una zona que apuesta por el turismo y que busca desestacionalizar la temporada estival activando otras posibilidades. El Imserso venía siendo una de ellas.

En las próximas semanas, has mediados de diciembre, los más de 3,5 millones de personas que han solicitado participar en estos viajes, recibirán por correo postal, en sus domicilios, su carta de acreditación, en la que se indicará la fecha y el destino que pueden reservar. Pero la Costa Daurada no estará entre ellas.
Daño colateral en el comercio

Sin embargo, el hotelero no es el único sector que va a verse perjudicado por la ausencia del Imserso. También los comerciantes, especialmente los de Salou, verán afectadas sus ventas en los próximos meses, una época en la que la visita de la gente mayor del Programa del Turismo Social siempre es muy bien acogida.

«La gente del Imserso siempre piensa en los nietos. Es un cliente muy agradecido e interesado en lo que tienes y vendes. El Imserso era un picoteo pero iba bien. Ahora ya no veníamos teniendo ese balón de oxígeno por el Covid y de momento parece que seguirá así», explica Vicky Ávila, de la tienda de regalos y juguetes de detalle El Barquito de Papel en plena calle Barcelona.

Por suerte, «me salva el cliente local», dice Vicky, que ha tenido que reinventar el negocio de souvenirs que regentaban anteriormente. «Hemos apostado por un negocio abierto a un público más joven. Los autóctonos hemos tenido que repensarnos para ofrecer un producto de mayor calidad y diferenciado», argumenta.

Del Imserso solo tiene palabras positivas: «me alegraba mucho en febrero, un mes difícil en que caen las ventas tras la Navidad. Era como una bocanada de aire fresco. Nosotros hemos llegado a tener colas de venta gracias al Imserso porque la calle Barcelona era un desierto en esa época del año» dado que muchos establecimientos aprovechan para cerrar. «Las tiendas estamos muy dispersadas y no hay un núcleo abierto con todos los comercios todo el año», concluye.

De la misma opinión, entre otros muchos, es Marilly Parra, de Quky, una tienda de moda infantil situada también en plena calle Barcelona. Para ella, el cierre de los hoteles para el Imserso supondrá un daño colateral en el comercio local. «El del Imserso es mi cliente preferido en invierno. A mi tienda vienen buscando algo que regalar a vecinos, nietos o hijos de amigos. Siempre encuentran algo para regalar. Son gente dispuesta a gastar y creo que deberían escuchar a los hoteleros. Sin duda, febrero es la mejor temporada. Creo que en 2019, justo antes de la pandemia, tuvimos un febrero muy bueno. Son clientes que vienen de Madrid, Navarra, el País Vasco, Cantabria... Es un tipo de cliente que me encanta». Marilly también es partidaria de buscar la desestacionalización: «tenemos numerosos alicientes en la Costa Daurada. Clima, alojamientos, gastronomía comercio... ¿qué más podemos pedir? Y los jubilados lo saben y nos conocen. Deberíamos sacarle más provecho».

En el otro lado de la moneda está José Domínguez, del restaurante La Venus de Pepe, que señala que «el Imserso no nos ha afectado en los 32 años que llevamos abiertos. Vienen con las comidas pagadas. Y hay que entenderlo».

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