Test de antígenos y tertulia en el hall: lo que no se vio de la puesta en escena de Cal·lípolis Next Generation

CONTRACRÓNICA. Vila-seca logra en la era ‘pos-Poblet’ mantener su influencia en el territorio tanto política como económica y medioambiental

22 marzo 2021 21:27 | Actualizado a 23 marzo 2021 11:36
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La semana que han padecido algunos para organizar la presentación oficial de Cal·lípolis Next Generation en el Auditori Josep Carreras no será noticia. Quedará para confidencias entre amigos con un café de por medio. Solo los protagonistas de la producción son conscientes del desgaste acumulado para que todo saliera a pedir de boca: incansables reuniones telemáticas, ajustes de protocolo, exigencias (algunas exasperantes) de asesores políticos, colocación de los invitados en el escenario, test de antígenos... 

Todo ello ya es historia una vez el presentador, Carles Cortes, empezaba a hablar. Solo quedaba esperar poco más de 60 minutos para cercionarse de que el acto retransmitido no tuviera problemas de emisión. Luego, un largo soplido en solitario para dejar que la carga de responsabilidad se diluyera con el aire que expulsa los pulmones.

La ausencia de errores en la producción y retransmisión del acto de ayer es la cura balsámica que hace más llevadero las cientos de horas y de crisis nerviosas generadas para cuadrar un acto de esta envergadura.

Un evento en el que Vila-seca se ha erigido como anfitrión de un conjunto de proyectos que deben transformar la economía, el turismo y parte del medioambiente en este punto del territorio y que se convertirá en ejemplo exportable a otros lares.

Y lo hace esta vez con Pere Segura, un alcalde de perfil muy diferente a la enorme experiencia de Josep Poblet, su antecesor, al frente de su ciudad. Aunque poco se parece su metodología, ayer demostró Pere Segura que mantiene la influencia de su ciudad en la era ‘pos-Poblet’. Medalla para el joven ingeniero.

Puntualidad

El evento contaba con diez protagonistas y el presentador, el incombustible Carles Cortés, que además de Nàstic y castells es capaz de gestionar un asunto tan complejo como Cal·lípolis Next Generation sin que nadie de los presentes se le suba a las barbas, aunque la suya solo reflejaba que era de pocos días.

Cortés ya ensayaba en el escenario cuando empezaron a llegar puntualmente los protagonistas presenciales. Todos acompañados de asesores. Entraron en el hall con mascarilla y fueron derivados a una sala anexa para el test de antígenos. Con el resultado negativo, accedieron al Auditori, donde solo se sacaron la mascarilla para el evento. Los acompañantes se sentaron de forma espaciada en las butacas.

Protocolo

La puesta en escena y la colocación de los diez invitados no fue improvisada. Cada cual estaba en la silla prestablecida y su intervención y el orden de aparición, definida de antemano. 

Tal era el interés del acto que nadie quería destacar por su ausencia. La Generalitat desembarcó con dos consellers y un secretario general; el Estado envió a su delegada en Catalunya; la Diputació y el Ayuntamiento de Tarragona no podían faltar, al igual que la URV con su rectora. Y no olvidemos que Repsol tenía su presidente al frente. 

Todos hablaron en el escenario según el orden marcado, aunque antes ya habían hecho corrillos de buen rollo en el hall con mascarilla y distancia prudencial.

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