Tras las huellas de los nazis en Cunit

Cunit, como muchos pueblos de costa, acogió en la década de los 50 y 60 a colonias de ciudadanos alemanes. Algunos de estos eran, cuando no dirigentes, sí simpatizantes del régimen nazi. En la costa encontraban la tranquilidad y discreción de un país que, además, simpatizaba con su ideología.

La plataforma La Caja de Pandora prepara un reportaje para su canal de Youtube La Prueba, en el que narra la presencia de alemanes en Cunit y Calafell, donde los mayores todavía recuerdan la presencia de aquellos vecinos.

En Cunit se concentraban en la zona de Les Sorres-Haug, que aún hoy es conocida como «las casas de los alemanes». Surgió de la iniciativa de Gerhard Haug en la década de 1960. Entonces era una zona de marismas alejada del pueblo y donde los alemanes construyeron pequeñas casas de una planta.

Entre aquellos estaba Bertram Muller, motorista del mariscal nazi Edwin Rommel en la fuerza del Afrika Korps. El grupo de investigación local Delmacio de Conito ha confirmado que aquella vivienda todavía se conserva.

Esas casas de los alemanes están protegidas en el Plan General, ya que son las únicas que quedan de una planta frente al mar. El Ayuntamiento decidió protegerlas para que quede constancia de aquellos primeros asentamientos de los turistas.

El director de La Prueba, Alfonso Trinidad, explica que cuando los nazis huyeron de Alemania buscaron destinos donde pasar desapercibidos y sentirse protegidos. Las dictaduras argentina y chilena les acogieron y dieron protección. También la España de Franco.

Entre los residentes en Les Sorres-Haug también estaba W. Mayer, un exaviador de la Luftwaffe, la que fue la temida fuerza aérea en la época nazi. Posteriormente se incorporó a la nueva Lufthansa y llegó también a ser piloto del avión del canciller Honrad Adenauer, padre de la Alemania contemporánea.

Campaña rusa
Los grupos de historia de Cunit también sitúan a J. Becker, propietario de una clínica infantil en Frankfurt y veterano de la campaña alemana en Rusia, donde cayó preso y fue liberado en 1948. 

Enclaves
El director de la grabación de La Prueba, Laureano Clavero, considera que Les Sorres Haug sería uno de los principales enclaves de quienes salieron de Alemania. «Se concentraron en diferentes puntos de la costa catalana. Esos núcleos de alemanes funcionaban como una cadena interconectada. Incluso con códigos. Si decían «buen tiempo», podían estar tranquilos; «mal tiempo» alertaba de peligros».

Otro de los que vivió en Cunit fue el actor Hans Nielsen, que en 1943 protagonizó una de las versiones de Titanic con la que la máquina de propaganda del régimen nazi que dirigió Goebbles intentó ridiculizar a los aliados. Nielsen estuvo señalado como un actor al servicio del régimen nazi.

Casitas
Cunit tuvo una de las colonias alemanas más destacadas. Cuando el crecimiento urbano comenzó a rodear a aquellas casitas de primera línea de mar con bloques de pisos, fue cuando comenzaron a venderlas. Aunque no sólo en Cunit recuerdan la presencia de simpatizantes del régimen nazi.

Los más mayores de Segur de Calafell citan a Margarethe von Hase. Fue la mujer del general del Tercer Reich Paul von Hase, que participó en la Operación Walkiria (1944) durante la que se intentó matar a Hitler. La operación fracasó y el general fue ejecutado en la horca.

Margarethe fue encarcelada y al finalizar la guerra se instaló en Segur tras comprobar que el comunismo había sido derrotado. La mujer se escribía con el vicepresidente del gobierno de Franco, Agustín Muñoz Grandes. 

Von Hase le decía que estaba en Calafell y le recordaba que su marido impulsó un hospital en Alemania para soldados españoles que Franco envió a Rusia a luchar en la División Azul. En su respuesta Muñoz Grandes agradeció las labores de su marido y se puso a disposición de Margarethe. 

El historiador Carles Querol señala que Margarethe llegó junto a un grupo importante. Descarta que Segur fuera un refugio de nazis, pero apunta que los primeros que llegaron pudieron arrastrar tras ellos a conocidos con ideas afines.

Avión en Sant Salvador
La presencia de vestigios del nazismo de alguna manera también llegó a El Vendrell. En mayo de 1943 un avión Junker JU-88 A-4, con tripulación alemana, tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en la playa de Sant Salvador. Laureano Clavero revisó los archivos del Ministerio de Defensa y en el histórico del Aire queda constancia de un aterrizaje.

La Industria Hispano Suiza de Barcelona solicitó al ministro del Aire que «le sean entregados, caso de no tener utilización, los restos (motor, fuselaje, cabina, y aparatos con comandos a distancia»,  que serían útiles para la sección de Estudios y Experiencias», señala un documento. 
Pero ese avión fue desmontado rápidamente y remolcado por la playa hasta Calafell, desde donde fue llevado a Sabadell y se denegaron las piezas.

Sin fotos
El historiador de El Vendrell Alfons Vidiella recordaba que  muchos vecinos acudían a la playa para ver el aparato, pero la Guardia Civil impedía hacer fotos. Tras el aterrizaje la tripulación se apresuró a desmontar el armamento,  lanzarlo al mar y borrar cruces gamadas nazis del fuselaje. 

Clavero explica que en caso de avería los pilotos nazis buscaban aterrizajes de emergencia en España porque, a pesar de haberse declarado neutral en la Segunda Guerra Mundial, era suelo amigo y volvían a ser repatriados a Alemania.

Alfredo Trinidad, de la plataforma La Caja de Pandora, explica que, para el canal La Prueba, «buscamos historias para muchos desconocidas pero que estén en pueblos y ciudades y que tienen un valor histórico y no deben olvidarse».