Un año y medio de prisión por el ruido de su bar en Coma-ruga

La dueña está inhabilitada 2 años para abrir otro local de restauración y debe pagar multa

07 julio 2019 19:31 | Actualizado a 11 julio 2019 07:58
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La Audiencia Provincial ratifica la condena del Juzgado de lo Penal de Tarragona a la dueña de un bar de El Vendrell por el exceso de ruido de su local. La mujer hizo caso omiso a quejas vecinales, requerimientos del Ayuntamiento y sanciones. Ahora es condenada por un delito contra el medio ambiente y absuelta de lesiones agravadas. Se tiene en cuenta el atenuante de dilaciones indebidas porque la causa estuvo parada más de un año en el Juzgado.

La procesada ha sido condenada a un año y medio de prisión y a una multa de 3.246 euros. Durante dos años y dos meses está inhabilitada para oficio relacionado con la restauración. Por responsabilidad civil debe pagar 5.000 euros a un matrimonio por daños morales  y 7.000 a cada uno de los dos hijos.

La acusada era propietaria de un bar en la calle President Companys de El Vendrell. El local carecía de medidas de insonorización. Desde el inicio de la actividad, pero sobre todo desde octubre de 2012 y hasta diciembre de 2014, la acusada, «voluntariamente y de forma consciente» ocasionaba ruidos excesivos en su local toda la semana, incluso fuera del horario. Por equipos electrónicos,  por la actividad del establecimiento, clientes, persianas o movimientos de sillas y mesas.

La mujer conocía los efectos en un piso superior, porque fue avisada por la familia y por requerimientos policiales, visitas de agentes, actas municipales y sanciones del Ayuntamiento. La primera de 200 euros el 2 de abril de 2013, otra de 300 euros (19 de agosto), 1.000 € (26 de noviembre) y  3.000 (diciembre de 2014).  El ingeniero del Ayuntamiento emitió un informe en marzo de 2013 señalando a los altavoces de la tele del bar y las voces de los clientes. Los decibelios que llegaban al dormitorio de la menor eran seis veces superiores a los permitidos, con posibilidad de generar graves distorsiones en la salud. Las tomas del Laboratorio d’Assaig d’Acústica salieron con valores por encima de lo permitido. Igual que la inspección municipal.

Como consecuencia, la familia ha padecido dolencias por la falta de sueño. El marido presenta insomnio crónico por las malas condiciones físicas del habitáculo destinado al descanso, sin que se haya acreditado tratamiento médico. La mujer tiene trastorno ansioso depresivo. Los hijos sufren trastornos del sueño y alteraciones conductuales.

El abogado de la mujer en su recurso dijo que no quedó acreditado el perjuicio físico y psíquico  o que tuviera relación con el bar. También que  pasar seis decibelios el límite es un tema administrativo. Señaló que no hubo dolo porque la mujer intentó solucionar el problema pero no pudo por la forma de proceder del Ayuntamiento.

La Audiencia es dura con la mujer, a la que acusa de total «desprecio hacia el bien jurídico protegido al mantenerse de forma prolongada en un modo de desarrollar su actividad, que tan perjudicial suponía a una familia». Evidenció su voluntad de no acatar «losrequerimientos para la adecuada insonorización del local». La Sala reconoce que la intención no fuera causar un perjuicio, pero sí dolosa porque sabía de la molestia «y a pesar de ello mantuvo las inadecuadas condiciones del local». Los magistrados ven causalidad entre los problemas de la familia y el local.

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