Un combate de superación

Eduard Rodríguez, de El Vendrell,  volverá a impartir clases de lucha tras un aparatoso accidente y años de rehabilitación

09 julio 2018 15:10 | Actualizado a 09 julio 2018 15:22
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Eduard Rodríguez era profesional de los deportes de contacto. Boxeo, muay thai o kick boxing. Conocido en el mundo de los deportes de contacto como Edu. También era entrenador personal, nutricionista deportivo, psicólogo deportivo. 

«El deporte era mi vida». Junto con las aportaciones que lograba por los combates, también se ganaba la vida como escolta y sobre todo con sus clases. «Era mi forma de vida». Hasta un 23 de febrero de 2014 a las seis de la mañana.

Atravesado en la autopista
Edu conducía su coche por la autopista AP-7 a la altura de Mollet del Vallès, donde vivía. Estaba llegando a la salida que debía tomar cuando otro coche le golpeó por detrás a gran velocidad. El conductor de ese vehículo iba borracho y se dio a la fuga. El coche de Eduard quedó atravesado en el centro de la autopista.

 Otros vehículos no pudieron esquivarlo e impactaron virulentamente de lleno contra él. Recibió el fuerte choque de diversos coches a más de 100 kilómetros por hora. Edu quedó encarcelado entre el amasijo de hierros de su coche.

Eduard Rodríguez se salvó. Pero quedó hecho un sonajero. Ligamentos sintéticos, placa, varias costillas rotas, pecho, tornillos, tórax luxado, acromio, clavícula y escápula fracturadas...

Tras cuatro semanas hospitalizado los médicos no sabían por donde soldar los huesos rotos. Cualquier intento podría afectar a otras partes del cuerpo. «Dejaron que fuese mi cuerpo quien decidiese cómo iba soldando», explica Eduard.

Dolores
Permaneció tres meses en casa con un corsé que oprimía e impedía cualquier movimiento. «Los dolores eran increíbles. No podía ni ir al baño». Sin operarse hasta que me soldó por si solo el acrómio  y escápula. 

Fue cuando le ingresaron de nuevo para operar, tras lo que comenzó la rehabilitación diaria, terapias y visitas medicas con los diferentes especialistas... «Así más de 3 años. Tuve que ir a vivir con mi madre, perdí mi casa, cerré el gimnasio...».

 


Ni los cirujanos confiaban en una recuperación. «Yo era el único que creía», explica Eduard. «No aceptaba mi inactividad física y que quizá nunca más podría a practicar deporte. Fue duro». Además de la terapia física tuvo que pasar por tratamiento psiquiátrico. Pero no iba rendirse. No lo había hecho nunca en el ring pese a los golpes. Y en sus deportes son muchos. 

Volver a dar clases
Hasta hace ocho meses seguía en rehabilitación y ahora va a volver a dar clases en una escuela de lucha de Bellvei. «Clases para niños,  jóvenes, mujeres como defensa personal, para saber reaccionar ante un acoso.... Para fortalecerse ante casos de bullying».

No porque haya que pelear, sino porque esos deportes dan mucha fortaleza. Eduard está convencido de que la exigencia del boxeo, muay thai o del kick boxing le han permitido salir adelante.

 


«Me recuperé gracias a la disciplina, fortaleza y seguridad en mi mismo que es lo que te aporta este tipo de deportes, entre muchísimas cosas más». Hacen que el cuerpo trabaje para fortalecerse. «Y tras un logro busca otro. «Yo después de las terapias seguía en mi casa con ejercicios. No paraba en todo el día. Mi único enfoque era recuperarme y seguir adelante».

Volver al gimnasio, a impartir clases es una gran victoria. Hoy con 36 años, cuando entra en la escuela de lucha del polígono Els Masets (Avenida Bellvei) es cuando nota que vuelve a vivir. 

1000 euros
El conductor borracho que casi mata a Edu huyó tras el accidente. Pero la fuerte colisión hizo que dejase el frontal de su coche con la matrícula en el asfalto. La policía lo encontró dos horas después aún durmiendo en el vehículo y con una tasa de alcohol de 0,45 gramos por litro en sangre. La sanción que tuvo fue de 1.000 euros  y la retirada del carnet por un año.

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