Un empleo de quince horas al día y hacinados en habitaciones sin higiene

Detenidas seis personas de origen indio por explotar laboralmente a 42 compatriotas suyos en Salou y Vila-seca

19 mayo 2017 21:53 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:57
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Los 42 ciudadanos de origen indio explotados laboralmente en locales (en su mayoría restaurantes kebabs) de Salou y Vila-seca trabajaban hasta quince horas al día y malvivían hacinados en pisos en pésimas condiciones higiénicas. Hasta cinco personas llegaban a compartir habitaciones de reducidas dimensiones. Eran amenazados y coaccionados por una red de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, desarticulada por la Policía Nacional. La operación, avanzada por el Diari el pasado jueves, se saldó con seis detenidos. Los agentes registraron siete domicilios e inspeccionaron 14 locales.

Los arrestados son de origen indio –cuatro tienen la nacionalidad española– y miembros de una misma familia. Captaban a compatriotas suyos en condiciones precarias para ofrecerles contratos laborales con los que poder regular su situación en España y alojamiento. Les pagaban en metálico, sin justificante de pago y de manera totalmente irregular al final de cada jornada, descontándoles en ocasiones gastos de forma injustificada por alquiler o alimentación.

Las condiciones laborales acordadas tampoco eran respetadas, ya que eran sometidos hasta a quince horas de trabajo, sin días de descanso, cuando en sus contratos figuraban de dos a cuatro. Con frecuencia eran reubicados en los diferentes locales de los que disponía la trama, que les exigía, además, anticipar seis meses de cuotas a la Seguridad Social para asegurar y mantener su contrato de trabajo, el cual es indispensable para la renovación anual de su permiso de residencia.

Dos arrestados más

El entramado familiar estaba encabezado por el padre, que establecía las directrices al resto de los miembros. Los dos hijos se encargaban de supervisar y administrar los locales y de recaudar el dinero que generaban, mientras que la mujer colaboraba con actividades de mantenimiento y control de los locales. El líder de la trama contaba con un hombre de confianza que actuaba en su representación para la ejecución de diferentes tareas. Un último miembro, conocedor de las condiciones de los trabajadores, figuraba como administrador de las sociedades que controlaban los establecimientos hosteleros.

A los detenidos se les imputan delitos de pertenencia a grupo criminal, trata de seres humanos con fines de explotación laboral, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los derechos de los trabajadores, defraudación a la Seguridad Social y favorecimiento de la inmigración ilegal. También fueron arrestadas dos personas alojadas en uno de los pisos de la red sobre las que pesaban sendas reclamaciones judiciales.

 

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