Un estudio apuesta por dividir la playa de Altafulla en tres zonas para evitar su regresión

Es una conclusión del informe de gestión ambiental encargado por el Ayuntamiento

15 diciembre 2019 10:10 | Actualizado a 17 diciembre 2019 13:19
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Las primeras consideraciones para la gestión sostenible de la playa de Altafulla no se han hecho esperar. El Ayuntamiento de Altafulla acaba de mantener una reunión con Xisco Roig, responsable de la consultoría ambiental Qu4tre, a la que encargó elaborar un estudio sobre la playa del municipio.

Cabe recordar que, tras el último temporal de levante, la arena de la playa se acumuló en diferentes zonas y provocó que las instalaciones de las duchas, por ejemplo, quedaran al descubierto. El consistorio quiere proteger el espacio y cambiar el método de acción para no tener que llevar arena externa cuando la playa se quede sin ella tras los temporales.

El trabajo de campo iniciado a finales del pasado noviembre ha puesto sobre la mesa varios extremos que definen la situación actual y como se ha de plantear el futuro del litoral altafullense, que no es ajeno a los efectos negativos provocados por los temporales de mar y la regresión de la arena de la playa.

De entrada, se constata que la situación de la playa de Altafulla presenta tres sectores bien diferenciados: la zona del Fortí, en la parte norte de la línea de costa; el tramo central, que corresponde al frente del paseo marítimo Botigues de Mar y el espacio que va del punto donde acaba el paseo hasta el término municipal de Tarragona.

La zona del Fortí ya dispone de indicio de cordón dunar afianzado, con especies vegetales invasoras que deberían sustituirse por otras de autóctonas, con la finalidad de «renaturalizar el espacio y convertirlo en un reservorio de arena que mitigue el efecto de los temporales de levante».

Esta acción no se descarta llevarla a cabo a principios de año, además del balizamiento del espacio indicado.

Respecto al tramo de Botigues de Mar se aconseja la instalación de una pantalla dotando de mayor altura al muro, durante el invierno, y evitar así la entrada de arena al paseo. En este caso, la coalcaldesa y concejal de Medi Ambient del Ayuntamiento de Altafulla, Alba Muntadas, señala que «se trata de una intervención a medio plazo, con un coste asumible, que podría estar lista para el próximo invierno».

Respecto al tercer sector, la voluntad es «convertirlo en un espacio de transición entre las dunas de Tarragona y la playa más urbana de Altafulla». Ello conlleva revisar la concesión que dispone el Club Marítimo para el aparcamiento de embarcaciones y, en función de los resultados, replantear la zona.

Estas consideraciones, sin ser definitivas, se recogerán en un informe que servirá para detallar las actuaciones concretas y se prevé que sea presentado públicamente allá por los meses de febrero o marzo próximo.

El objetivo final del diagnóstico es garantizar una playa de calidad que ponga en valor su carácter natural y mantenga, a la par, su atractivo turístico. Alba Muntadas apuesta por que este modelo sea «el rasgo diferenciador respecto al resto de playas del litoral».

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