Un huerto-gallinero ecológico en el instituto de Miami Platja

El centro ha recibido el Premi Escola, Agricultura i Alimentació Ecològica 2019 por esta iniciativa que fomenta la responsabilidad de los alumnos 

02 noviembre 2019 10:01 | Actualizado a 05 noviembre 2019 12:13
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Un huerto-gallinero para hacer responsables a los alumnos. Este proyecto que el Institut Miami Platja de Mont-roig del Camp impulsó en 2016 ha sido un éxito en todos los sentidos. 

El centro ha recibido el primer premio del Premi Escola, Agricultura i Alimentació Ecològica (EAAE) 2019 que organizan la Generalitat de Catalunya i l’Associació Vida Sana. Fueron 23 los centros educativos que se presentaron a los galardones que pretenden reconocer y dar apoyo al esfuerzo que los centros educativos catalanes llevan a cabo con proyectos relacionados con la agricultura y la alimentación ecológica. También recibieron el segundo premio de Huertos Educativos Ecológicos 2019. 

Pero para el director del Instituto, David Garcia, el éxito es ver cómo los alumnos se hacen responsables: «Vienen fuera del horario lectivo para ver que está todo bien, para mi este es realmente el éxito (…) este proyecto era como correr un maratón, no sabíamos si lo íbamos a acabar pero el premio ha sido llegar a la meta». 

La iniciativa salió precisamente  para que los alumnos fueran los protagonistas de su aprendizaje. Primero empezaron con un invernadero, vieron que funcionaba y decidieron ir más allá y acoger animales vivos. Con la donación de dos gallinas por parte de una familia del municipio arrancaron el proyecto. 

Los alumnos del programa de diversificación curricular, fueron los encargados de diseñar y construir toda la estructura del gallinero, así como el cierre del huerto o el logo del gallinero. Y también crearon un sistema de automatización del agua del abrevadero: «Todo con materiales reciclados», apunta Garcia. 

Los estudiantes de diferentes cursos tienen apadrinadas las gallinas y ellos son los encargados de limpiar el gallinero y darles comida. Incluso los fines de semana y durante las vacaciones, cuando las familias se las llevan a sus casas. 

Parte de los alimentos del huerto son seleccionados y se dan a la Cruz Roja

Alrededor del huerto, los alumnos han instalado neumáticos donde han puesto plantas aromáticas para proteger a las hortalizas de los parásitos. El director del Institut Miami Platja, explica que es todo ecológico, desde la comida de las gallinas hasta el huerto, donde no utilizan pesticidas. 

Un espacio autogestionado 

Los excrementos de las gallinas son utilizados como abono para la tierra e incluso tienen una pequeña planta de compostaje. Además desde el centro intentan que sea un espacio autogestionado. Los alumnos venden los huevos de las gallinas en la sala de profesorado. Pueden comprar media docena por 2 euros y con lo que ganan pueden adquirir la comida para las gallinas, así como el material necesario para el lugar. 

Por otro lado, parte de los alimentos que sobran del huerto, los alumnos lo seleccionan para darlos a la Cruz Roja. Otros, sirven para alimentar a las gallinas. 

Garcia, señala que un proyecto de este tipo aporta muchas cosas a los alumnos: «Primordialmente la responsabilidad. Ellos aprenden que su esfuerzo, su capacidad, pueden hacer grandes cosas y desarrollan la cooperación (…) en ciertos momentos ocupan un rol, después otro y en cambio dentro del aula el rol es casi siempre unidireccional». Se trata de una iniciativa motivadora para los alumnos que según el profesorado, hace que tengan ganas de ir al centro incluso en fin de semana. 

El proyecto del huerto-gallinero también ha sido una forma de implicar a la comunidad educativa desde el Ayuntamiento, las familias, el alumnado y también el profesorado.

El Institut Miami Platja es un centro relativamente joven. Empezaron en 2009 como Institut-Escola con el centro Joan Miró, después pasaron a ser una sección del Institut Antoni Ballester de Mont-roig y finalmente desde hace tres años son un centro independiente que cuenta con alumnos desde primero hasta cuarto de ESO. 

Forman parte del sistema de Escola Nova 21 que fomenta la educación por proyectos. Según el director, sobre todo en primero y segundo de la ESO. Los grandes objetivos del instituto son mejorar el inglés y las competencias de los alumnos. Asignaturas como la tecnología, la biología, física y química o visual y plástica se trabajan por proyectos mientras que las instrumentales como catalán o matemáticas se imparten de forma tradicional. 

Ahora en el instituto ya están pensando en crear y diseñar una nueva área de juegos gigantes en el patio, donde quieren instalar un parchís, un tablero de ajedrez, una diana a lo grande, entre otras, con el objetivo de intentar sacar un poco el fútbol o el básquet de las aulas.
 

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