Una familia de Cambrils denuncia a un horno de pan porque el exceso de ruido no les deja dormir

Un matrimonio y su hijo comparten dormitorio porque es ‘imposible descansar en otro sitio’ de la vivienda.

24 marzo 2020 16:37 | Actualizado a 31 marzo 2020 10:52
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Ester Martínez vive desde hace casi un año en la primera planta de un edificio situado en el número 10 de la calle Pere III de Cambrils. Compró la vivienda al ver la oportunidad de dejar su piso de alquiler y empezar una nueva etapa en un espacio más amplio y de su propiedad. Se trata de una vivienda antigua remodelada ideal para empezar la nueva etapa con un niño de seis años.

 «La primera noche que dormimos nos asustamos. El ruido constante de las máquinas, el montacargas... no dábamos crédito a lo que ocurría», explica Ester, quien reconoce que durante el día el exceso de decibelios queda más diluido por otros ruidos que pueden proceder de otras fuentes.

Las primeras noches agotaron la paciencia de este matrimonio, que vio como la distribución de su piso debía modificarse obligatoriamente para poder descansar. Así, la habitación del niño sigue vacía a fecha de hoy y el pequeño termina durmiendo con ellos en la misma cama «porque no hay forma de poder soportar el ruido que llega a nuestra casa por laparte de atrás», explica.

Diálogo infructuoso

Ester ha intentado en varias ocasiones hablar con el titular del Forn Sant Salvador, Joan Cabré, situado en el número 14 de la misma calle. Parte de las dependencias de fabricación de pan y otros productos de pastelería están debajo de la terraza de este piso.

«Nunca hemos podido ponernos de acuerdo, ya que el propietario siempre ha reiterado que él cumplía con la ley y las normativas». Ante la situación, Ester Martínez presentó escritos en el Ayuntamiento para que verificaran si el horno de pan cumplía con la normativa y si no era el caso que corrigieran las deficiencias encontradas en el obrador y otras partes de la empresa familiar.

Las quejas se tramitaron al Departament d’Urbanisme, Obra Pública i Activitats del Ayuntamiento de Cambrils, área competente en la materia. Las instancias entradas por la vecina, la primera de ellas del 30 de mayo del pasado año, debian comprobarse por parte del ingeniero técnico municipal.

La primera inspección fue a mitad de julio y aunque el estudio de sonometría que realizó el Ayuntamiento se hizo a media mañana (por la noche es el foco del problema de convivencia), se detectaron anomalías que obligaron al empresario a subsanarlas a más tardar en noviembre, donde se efectuó una segunda comprobación.

El Forn Sant Salvador hizo algunos arreglos, pero insuficientes. El ruido sigue invadiendo el espacio de esta familia, que se pagó del propio bolsillo un informe externo que acreditaba que los decibelios se disparaban durante toda la noche: montacargas, aires acondicionados, maquinaria...

Medidas insuficientes

En noviembre se hizo una inspección y un informe municipal. En él se especificaban aquellas cosas que estaban correctas según el criterio de las leyes y normativas y las otras que no solucionaban el problema de los ruidos.

El informe no satisfizo a la familia afectada que presentó un recurso al considerar que no se solucionaba el problema de convivencia y que la estancia nocturna en la casa «llega a deteriorarte la salud física y mental», explica Ester Martínez.

En enero de este año hubo un nuevo informe del Ayuntamiento. La resolución adoptada por el Ayuntamiento de Cambrils es la de aplicar más medidas correctoras en aquellos puntos donde el ruido es incompatible con las normas municipales: sobre todo el montacargas que chirría cada vez que se utiliza.
A pesar de ello, la familia considera que el Ayuntamiento debería ser más exigente y ha puesto en manos su queja al Síndic de Greuges y de un abogado para poder vivir en este piso sin el exceso de decibelios actuales.

El confinamiento obliga a la empresa a reducir el ruido 

El pasado día 20 de marzo, la alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza, firmaba un decreto para poder subsanar el problema de ruidos en esta época especial de confinamiento por culpa del coronavirus.

En el apartado de consideraciones se expone la situación especial de estas fechas y en la necesidad de compaginar el funcionamiento de la industria «por ser un servicio esencial» con la «eliminación de ruidos que se transmitan en la vivienda afectada».

Y en la resolución del decreto el Ayuntamiento obliga a dejar sin uso las zonas que están debajo de la vivienda, además de prohibir aquellos aparatos como el montacargas para evitar las molestias del ruido.

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