Una familia recupera la casa que tenía okupada en Miami Platja

Tras 15 días de protestas, los inquilinos se marcharon y se llevaron todos los muebles

20 agosto 2019 07:10 | Actualizado a 01 octubre 2019 11:10
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Un matrimonio de Miami Platja ha podido recuperar la casa de su hijo que tenían okupada por los antiguos inquilinos. Hacía más de 15 días que Antonio y Amparo protestaban cada día delante de la vivienda ubicada en la calle Costa Daurada 5 del municipio para conseguir encontrar una solución al problema. Pero cuando entraron en el inmueble se quedaron de piedra. Los okupas les habían robado todos sus muebles y sus electrodomésticos: «Aquello fue desolador, una lástima, una pena tremenda», relata Amparo.

El matrimonio llevaba desde el sábado 27 de julio acampando durante dos horas cada día delante de la casa con una pancarta. Pero el pasado miércoles tuvieron la sensación de que los inquilinos se habían marchado. Entonces les enviaron una carta al bar donde trabajan y ellos les respondieron que un notario les entregaría las llaves. Al no tener ninguna noticia, Amparo y su marido fueron a encontrarlos el viernes al bar y la Policía Local les dio las llaves de la casa.

Días antes algunos vecinos les informaron de que habían visto alguna furgoneta de mudanzas, hecho que les extrañó. Amparo explica que estaba «súper feliz» por poder recuperar su casa pero encontrársela vacía fue decepcionante. «Dejaron el comedor completamente vacío, se lo han llevado todo, la lavadora, los muebles, camas, platos y electrodomésticos (…) han roto la encimera de la cocina y los cristales». La familia denunció el robo a los Mossos d’Esquadra que tomaron acta de lo sucedido.

La ayuda de la presión vecinal

Según los padres del propietario, los inquilinos hacía 20 meses que no pagaban el alquiler e iniciaron la protesta porque su hijo no podía pagar la hipoteca de la casa sin los ingresos de los residentes. Hacía ocho meses que habían interpuesto una denuncia, pero el proceso judicial podría tardar entre dos y tres años.

Amparo considera que los okupas se han ido por la presión vecinal. El caso se dio a conocer en los medios de comunicación y los vecinos del municipio a través de las redes sociales se organizaron para dar apoyo al matrimonio. «La presión del pueblo ha sido muy importante. Estoy muy agradecida. Si no hubiera sido por ellos, no lo hubiera podido conseguir», dice la madre del propietario.

El matrimonio estaba muy cansado de protestar cada tarde, pero consideraban que esta era la única solución: «Hacía mucho calor, las piernas nos quemaban con el sol...pero ha valido la pena». Ahora su intención es volver a arreglar la casa poco a poco, pintarla, amueblarla y alquilarla para poder pagar la hipoteca.

Cuando el Diari habló con los inquilinos dijeron que ellos siempre habían querido pagar y explicaron que dejaron de abonar el alquiler cuando les cortaron el agua este mes de enero porque «el propietario del piso no pagaba la factura». Aseguraron que llevaban tiempo buscando otro piso pero no encontraban ninguno que pudieran pagar.

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