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El 15 de julio el pequeño Hope llegó a la Clínica Veterinaria de Calafell en un estado crítico a causa de las torturas que había sufrido. Fue el servicio de recogida de animales del Ayuntamiento de Calafell quien lo llevó a la clínica por si el animal tenía alguna posibilidad.
Una brida a modo de torniquete aprisionaba su cuello con tal presión que tenía los ojos ensangrentados y la cabeza inflamada. Su cuerpo estaba lleno de hematomas. El estado del animal generó indignación y repulsa a través de las redes sociales que piden un castigo contundente para el responsable de esas torturas al animal.
Intentar salvarlo
El equipo de veterinarios de la clínica de Calafell intentó recuperar al perro y fue relatando su evolución en las redes sociales con un amplio seguimiento entre los vecinos. Los ánimos a los veterinarios y al animal, que bautizaron como Hope (esperanza en inglés), se mezclaban con el desprecio hacia los responsables de la atrocidad.
El equipo que atendía a Hope explicaba que su pronóstico era grave y que aguantaba con oxígeno y calmantes. También pedía ayuda ciudadana por si alguien podía aportar información sobre el animal, y sobre todo, por quienes le causaron las heridas. También empezó a buscarse una casa de acogida.
A medida que pasaron las horas, el perrillo ya se levantó y bebió agua «aunque sigue con dificultades respiratorias y tiene muchas molestias en los ojos y toda la cara. Su evolución será lenta pero tenemos muchas esperanzas de que conseguirá ponerse bien. Ahora solo quiere mimos y mueve un poco la colita», explicaban los veterinarios.
Los cuidados y el cariño iban salvando al animal. «Puede que le queden secuelas en la visión. Aún así, saca fuerzas para mover la colita y pedir mimos», explicaban sus cuidadores.
A través de Facebook los que seguían las evoluciones de Hope supieron que hace unos días recuperaba fuerzas y la inflamación comenzaba a ceder. Fue el momento de un baño. «También ha querido beber agua y ha empezado a comer por si solo» e incluso comenzó a caminar.
Los responsables
En tres cuatro Hope estaba muy mejorado, pero lo vecinos siguen pidiendo castigar a los responsables de la tortura al animal y que haya una investigación para identificarlo.
Hope seguía su mejora. «Se muestra contento, con curiosidad por explorar su entorno y sobre todo con ganas de recibir mimos en todo momento. Es muy besucón», explicaban quienes atendieron al animal.
Finalmente después de una búsqueda para encontrarle una casa, Hope fue acogido ayer por una familia que siguió su situación a través de las redes. Aunque necesitará curas en sus ojos durante un tiempo quienes le han atendido destacan su evolución y ganas de vivir.
