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El Gremi de Galeries d’Art de Catalunya (GGAC) lamentó ayer la muerte de la reconocida galerista Dolors Junyent y de su marido Joan Torra, el pasado sábado 24 de marzo en un accidente de tráfico ocurrido en El Vendrell.
Dolors Junyent fue una histórica del arte y del galerismo catalán que en su formación artística residió en París durante muchos años, donde conoció a gran parte de los artistas catalanes que vivían en la capital francesa en aquellos tiempos. Pasados unos años tras trabajar en el mercado del arte, decidió en 1978 abrir la galería que lleva su nombre, Dolors Junyent Galeria d’Art, en la calle Aragó 268 de Barcelona, frente a la Fundació Tàpies.
La galería se convirtió en un punto de encuentro del sector por su especialización en pintura catalana y española de los siglos XIX-XX, en las vanguardias internacionales y en artistas contemporáneos de prestigio internacional. La filosofía de esta galería es la de mostrar al público obras de arte que son poco comunes en los circuitos artísticos. En las exposiciones se pueden encontrar obras de autores de reconocido prestigio internacional, como Picasso, Tàpies y Diego Rivera. El espacio consta de diversas salas acogedoras y bien iluminadas. Es una de las galerías de referencia en Barcelona por su completo fondo de arte y por su profesionalidad en la compra-venta de productos artísticos.
Referente del galerismo
Dolors Junyent se convirtió enseguida en un referente del galerismo de arte catalán en este ámbito, donde junto a su marido y sus hijos Meritxell y Armand compartían el negocio familiar. Dolors Junyent ocupó también diferentes cargos en la Junta del Gremi de Galeries a lo largo de los años, hasta que asumió la presidencia entre 2002 y 2007.
Por su entrega a la institución, actualmente era presidenta honorífica. También fue vocal de ArtExpo, la feria de arte que se celebró en Barcelona hasta principios de este siglo, de la que fue una defensora e impulsora.
El Gremi de Galeries d’Art de Catalunya la recuerda con su propia afirmación: «Las generaciones jóvenes son el futuro. Se convertirán en artistas con nuevas aportaciones y los compradores serán los nuevos coleccionistas del siglo XXI. De esta manera avanza la historia del arte y la cultura».
