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Era la ruta que seguían los rebaños para buscar pastos frescos en verano o pasar el invierno en una zona de clima más suave. El trazado unía la Cerdanya y el Penedès. Con unos 200 kilómetros que pasan por una cincuentena de municipios, entre los que está Cunit, esa vía quedó en desuso trashumante y en muchos tramos afectada y olvidada.
Desde hace unos años se impulsa la recuperación de ese histórico trazado entre la costa del Penedès y Santa Coloma de Queralt, donde se concentraban los rebaños antes de encaminarse a la Cerdanya. La Associació Camí Ramader de Marina de la Cerdanya al Penedès (ACRM) busca potenciar y preservar el patrimonio cultural, histórico, paisajístico y ecológico del camino trashumante de Marina.
Ahora Cunit está incorporado en la asociación como miembro de pleno derecho, lo que debe permitir participar de manera directa para coordinar el proyecto y poder extenderlo para recuperar patrimonio natural y cultural.
La comisión está formada por los ayuntamientos impulsores (Santa Margarida i els Monjos, Llívia y Lluçà), la Fundació del Món Rural, el Institut per al Desenvolupament i la Promoció de l’Alt Pirineu i Aran y el Parc del Foix.
Pocos pastores
Hace décadas que no hay ganadería extensiva en Cunit. La hubo hasta principios de la década de los 60 con la familia Casañas de Cal Barretasso. También hubo varios corrales como los de Cal Marquès, Cal Ros, Cal Serra y Cal Pla, donde los rebaños estaban protegidos de los zorros durante las noches. Los últimos pastores fueron la familia Vilà, de Cal Baró, con animales hasta los años 80.
Pero queda el trazado y el objetivo es que sea un elemento de dinamización turística de las zonas por las que cruza.
Por Cunit pasaba la llamada Carrerada de Santa Coloma. Tiene ese nombre porque el sendero iba desde primera línea de playa, en la zona del camping, hasta Santa Coloma de Queralt.
El Ayuntamiento debe acondicionar el sendero como una vía verde para pasear o ir en bicicleta. En Cunit hay tramos muy abandonados e incluso las obras de la autopista C-32 lo seccionó.
La franja de terreno entre la playa y el casco histórico era conocida como la zona de los Prats. La agricultura era entonces la base de la economía. No tanto la ganadería, a pesar de que había algún rebaño. La existencia de esa cabaña de ovejas llevó a la creación del camino de trashumancia.
En este sentido el municipio ya ha comenzado a señalizar el camino con la colocación de la fita de Km 0.
Son muchos los que desconocen que hubo una época en la que los rebaños pastaban a pie de playa, donde, en Cunit, también hubo una época de potencia agrícola principalmente de unos melones muy apreciados en los mercados de Barcelona.
Municipios como Santa Margarida i els Monjos, Avinyó, Vilanova, Llívia y Lluçà ya han recuperado tramos que pueden seguirse a pie o en bicicleta por un trazado que potencie los valores culturales y de sostenibilidad ambiental de los territorios por los que transcurre.
