Vila-seca, espíritu solidario

Cerca de 200 personas compartieron ayer su espíritu de solidaridad en Vila-seca. El motivo fue la celebración de una paella popular, organizada por la Residència Vila-seca con la colaboración del Ayuntamiento, con el objetivo de recaudar fondos para La Marató de TV3, y que este año estará dedicado al ictus y las lesiones medulares y cerebrales traumáticas. Este año el encuentro ha sido más especial, ya que también sirvió para homenajear a la gente mayor de Vila-seca. Y es que la paella solidaria es uno de los actos que la Residència Vila-seca programa para celebrar el Día Internacional de la Gente Mayor.

La escuela Antoni Torroja Miret acogió a los comensales. La directora de la Residència Vila-seca, Silvia Mirete, recuerda que «desde hace más de 10 años celebramos el evento solidario para ayudar en todas las causas de La Marató». La misma asegura que «el ictus ya no afecta únicamente a personas mayores, sino que cada vez hay más pacientes jóvenes».

Este año y con el fin de aumentar la recaudación solidaria la Unitat d’Estimulació Neurològica de Vila-seca vendió manualidades hechas por los pacientes. Collares, imanes para la nevera o pendientes lucieron la capacidad artística de los pacientes. Adela Mas es psicóloga de la unidad, que cuenta con un equipo multidisciplinar de profesionales, como fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos y terapeutas ocupacionales, que trabajan específicamente con cada paciente para mejorar su calidad de vida.

«Marta tiene afasia pero con la ayuda profesional que recibe en la unidad su vida ha mejorado», explica Adela. La misma asegura que en el proceso de rehabilitación es muy importante la familia. «El momento más crítico tanto para el paciente como para la familia es cuando todos llegan a casa. En ese momento se dan cuenta de la realidad», asegura.

Por su parte, la labor del terapeuta ocupacional Víctor Vargas es ayudar a los pacientes a retomar su vida normal. «La evolución es lenta pero al final se ven todos los logros que consiguen», explica. En este sentido Adela Mas señala que «en ocasiones los familiares sobre protegen a los pacientes, cuando deberían permitirles hacer aquellas cosas que son capaces de hacer y dejarles decidir lo que pueden decidir»