Vila-seca frena el consumo de alcohol en la calle

05 diciembre 2018 11:16 | Actualizado a 05 diciembre 2018 11:19
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El consumo de alcohol en Vila-seca ya está regulado. El Ayuntamiento aprobó en pleno una ordenanza que regula este hecho en los espacios públicos del municipio, siempre y cuando el consumo sea indebido. Este es un problema que, según asegura el concejal de Servicios Generales y Seguridad Pública, Josep Maria Pujals, «viene dado por la facilidad de los jóvenes de encontrar alcohol barato en ámbitos que, además, se lo facilitan. Aunque el consumo en Vila-seca ahora no es un hecho real, debemos ser conscientes que algún día puede llegar a serlo y, para evitarlo, tenemos que actuar. Es bueno que hayamos detectado esta situación y que pongamos medidas de corrección». 

La ordenanza, que se aprobó con 17 votos a favor, dos en contra de Decidim Vila-seca, y dos abstenciones de Vila-seca en Comú, incide especialmente en el consumo de alcohol en menores, algo que el Ayuntamiento quiere prevenir a toda costa. Para conseguirlo, Pujals explicó que «apostamos firmemente por intervenir en los menores y sus familias para evitar una recaída. Desde el consitorio incidiremos en el núcleo familiar para dar a conocer a los padres la situación de sus hijos a través de tareas de colaboración conjuntas con ellos». En este sentido, en el caso de las infracciones leves, la ordenanza prevé la suspensión de la sanción si el menor o sus padres o tutores acuerdan una intervención educativa o, en caso de necesidad, terapéutica que sea alternativa al castigo. 

Algo parecido sucede cuando el consumidor es un indigente. En este caso la ordenanza municipal prevé que la persona tenga asegurado el acceso a una asistencia social, algo de lo que deberá ser informada por parte de los agentes de la autoridad que intervengan en cada situación concreta.

Prevenir el botellón
Particular relevancia tiene también prever comportamientos como el botellón, una práctica que la ordenanza considera que «comporta un grave riesgo para las personas que lo practican, para la salubridad pública, para la seguridad viaria, para la buena convivencia ciudadana, para el descanso de los vecinos y comporta, además, un deteriorio de la calidad general de la vida de los ciudadanos».

Así, pues, «está especialmente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas cuando pueda alterar o perturbar la convivencia ciudadana». En este sentido, la ordenanza municipal entiende como botellón el consumo por parte de un grupo concentrado de personas y que de ello puedan derivarse molestias para los vecinos o bien pueda deteriorar o provocar insalubridad en la calle. Estas situaciones también hay que reglarlas: «normalmente la gente que se agrupa para hacer botellón lo hace en sitios determinados y ocasiona molestias a los vecinos, algo que hay que evitar. El consumo de alcohol en bares y discotecas está regulado pero no el consumo masivo en la calle. Esto hay que cambiarlo», explica Pujals.

Las sanciones
La nueva ordenanza municipal prevé imponer tres tipos de sanciones por el consumo indebido de alcohol en los espacios públicos aunque, según el concejal de Servicios Generales y Seguridad Pública, su tipificación «todavía hay que concretarla». En todo caso se dividen en sanciones leves (con una multa de hasta 750 euros), graves (cuya multa va desde 750 hasta 1.500 euros) y muy graves (con multas  de entre 1.500 y 3.000 euros).

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