De refugiada en Salou a subsistir en una chabola

Tatsiana Dudchenko ha encontrado una masía sin luz ni agua tras el desahucio. Solo pide seguir en el censo para cobrar la renta mínima

24 enero 2022 21:40 | Actualizado a 29 enero 2022 07:18
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Tatsiana Dudchenko y su marido, Oleksandr Riabchenko se han refugiado en una masía destartalada sin luz, agua ni ventanas en medio de la nada. Este ha sido el único techo que han encontrado hasta la fecha tras la orden de desahucio que tenían del piso de alquiler de la calle Barenys. Ayer vencía el plazo al mediodía.

Tatsiana es refugiada política desde 2004. Se marchó de su Bielorrusia natal y con esfuerzo logró la nacionalidad española (2012). Trabajó de traductora en diferentes empresas durante años. Su marido, Oleksandr, tiene la documentación en trámite por un error en sus datos. Es natural de Ucrania. «Y ahora está sin papeles hasta que subsanen el error», explica ella.

La pareja expuso al Diari su desesperación hace una semana cuando estaban a pocos días de quedarse en la calle. Sin trabajo y sin familia ni amigos cercanos, temían perder no solo el techo, sino también las ayudas recibidas, entre ellas la renta mínima garantizada.

Tatsiana buscaba otro piso desde hacía mucho. Tiene graves problemas de movilidad y se defiende con dos muletas. Ninguna puerta se les abría y ante la obligación de dejar el piso, acatando la sentencia y no buscando más problemas con la justicia, solo encontraron «una chabola» para poder dormir bajo techo. Allí están ahora.

Tatsiana asegura que ha llamado infinidad de veces a los Serveis Socials del Ayuntamiento de Salou. Tiene la renta mínima garantizada y lo único que pide, por caridad, es no perder su nombre en el censo municipal, requisito indispensable para seguir recibiendo la ayuda pública.

Sin embargo, nadie le coge el teléfono asegura y con sus problemas de movilidad (empeorados con una lesión de su pareja) no se ha desplazado físicamente para insistir hasta que alguien le dé una respuesta. El lunes asegura que irá al consistorio para intentar agarrarse a la última esperanza que tiene.

El jueves, y de forma sorprendente, recibió una llamada del Ayuntamiento. «Me decían que no tenía que dejar el piso, pero ya había trasladado los pocos muebles y no tengo dinero para volver a trasladarlos y menos sin plenas garantías», explica.  Tatsiana admite que no entiende nada tras tantos días sin respuesta y quizá al hacerse pública su situación se ha activado su caso. 

Según fuentes del Ayuntamiento de Salou, la situación de Tatsiana es un caso que se conoce desde los Equipos Básicos de Atención Social y que está en seguimiento, es decir, hace tiempo que se trabaja para dar soluciones que se adapten a las necesidades de la vecina, «de acuerdo con los recursos disponibles que tiene Salou». El equipo técnico de servicios sociales y la trabajadora social del consistorio salouense «están trabajando conjuntamente con el Juzgado de Paz de la ciudad para parar el desahucio», explican.

Ayer al mediodía se cumplió el plazo y el piso, ya vacío, pasa a manos de su propietario. «Espero al lunes para ir al Ayuntamiento y que me expliquen qué debo hacer. No puedo volver si no tengo un documento que me permita volver al piso», afirma con resignación.

Tatsiana tiene 48 años y pide trabajar de traductora (domina cuatro idiomas) para poder pagar un techo y la comida. Su estado físico todavía es frágil tras una operación de cadera. Una chabola sin ventanas en invierno no es la mejor medicina.

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