Déjà vu descafeinado en el paseo de Salou

Que el independentismo ha perdido poder de convocatoria no es una sorpresa para nadie. Tampoco que las réplicas del lado unionista son cada vez más tímidas. Todo eso ha quedado en evidencia en el paseo Jaume I de Salou, que esta tarde ha vivido un déjà vu algo descafeinado con una ‘Passejada per la República’ que recuperaba el formato prepandémico, pero no el poder de atracción. Un centenar de personas se animaron a desempolvar la estelada para llevar sus reivindicaciones al corazón turístico de la Costa Daurada.

La manifestación, con un recorrido más corto que en los primeros años, partía desde la Fuente Luminosa y acababa en la estatua de Jaume I, donde una veintena de personas les esperaban con banderas españolas. VOX les había convocado la tarde anterior y entre los asistentes se encontraba la diputada del partido en el Parlament, Isabel Lázaro.

Bajo un fuerte dispositivo de Mossos d’Esquadra y Policía Local, los manifestantes han arrancado la marcha con una pancarta tan grande como concisa en la que se leía «Independència». Tras ellos, una batucada iba llamando la atención de todas las personas que pasaban por el paseo en ese momento, entre el desconcierto de la mayoría de turistas extranjeros y las miradas recelosas de mucho turista español. Gran idea la de programar el grupo de percusión, ya que los intentos de cánticos a lo largo del recorrido quedaban rápidamente enmudecidos. Una estelada gigante añadía un poco de color, mientras al otro extremo se empezaban a divisar las banderas españolas detrás del anodino escenario habilitado para los parlamentos.

Al llegar al monumento de Jaume I, un cordón policial también algo desangelado separaba a manifestantes de uno y otro bando. Lo cierto es que han saltado más bostezos que chispas, aunque también ha habido momentos para el intercambio de cánticos. No han faltado los manidos «no nos engañan, Catalunya es España» y el «fora feixistes dels nostres barris», grandes éxitos de antaño que sonaron más apagados que de costumbre.

Algunas de las personas que se iban de la playa y encontraban la escena se iban sumando alrededor de los manifestantes. También ha habido quien desde los balcones o en los coches trataba de unirse al dislate con convencidos gritos de «Viva España».

Los parlamentos han ido a cargo de dos abogados, Teresa Rosell, por parte de los Juristes per la República, y Carles Ferrer, del colectivo de abogados voluntarios del 1 d’Octubre, y han tenido un aire derrotista que se hizo patente entre el personal. Tanto que mientras recogían el tinglado y se iba dispersando la gente, uno de los asistentes se lanzó a por el micrófono para espolear a los suyos y pedir recuperar el ánimo de cara a la Diada.

Una vecina de Salou y otra de Cambrils han leído el manifiesto de la Plataforma per la Democràcia i la Llibertat, que convocaba por quinta ocasión la ‘Passejada’. Para cerrar, han cantado el Himne dels Segadors. En apenas 50 minutos se ha dado por disuelta la manifestación, con el mismo aroma melancólico con el que había arrancado.