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El castillo de Creixell, documentado desde el año 1190, es sin lugar a dudas uno de los espacios más emblemáticos de este pequeño municipio del Tarragonès. Catalogado como Bé Cultural d’Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya es además uno de los pocos inmuebles de estas características que se halla aún en manos privadas.
Y lo seguirá siendo después de que la familia propietaria, los hermanos De Palacio Rodríguez Solano, haya puesto recientemente el edificio a la venta. Su precio alcanza casi los tres millones de euros, 2.950.000 para ser exactos, según figura en el anuncio del portal inmobiliario Sitges Houses.
La cifra es inalcanzable para el Ayuntamiento de Creixell, que ha descartado totalmente su adquisición y por tanto ha renunciado de esta manera a la posibilidad de que pudiera pasar a manos municipales para darle un uso público.
«Ni hemos negociado ni tan siquiera nos lo hemos planteado, porque somos un Ayuntamiento pequeño, con un presupuesto reducido y aún estamos pagando deudas pasadas», explica al respecto de la venta el alcalde Jordi Llopart.
El espacio llegó a acoger conciertos de música clásica durante algunos veranos, durante el mandato como alcaldesa de Rosa Maria Bertran (1991-2002).
El castillo, cuyo interior nunca ha sido visitable, se halla en buen estado. La propiedad le da uso residencial solo en época estival, cuando la familia suele coincidir en Creixell (de los cinco hermanos que son los actuales propietarios solo una reside en la propia localidad).
Situado sobre una parcela de 1.167 m² y una superficie total construida de 1.416 m², cuenta en total con 10 habitaciones y tres baños según los datos públicos que muestra en su página web la agencia intermediaria, que destaca además las vistas privilegiadas del mar y de buena parte de las montañas de la Costa Daurada que pueden contemplarse desde la zona alta del castillo.
Han sido ya varias las personas que se han interesado por la posible adquisición, concertando una cita para visitar el inmueble desde que salió a la venta hace aproximadamente un mes.
Aunque el uso del castillo es residencial el espacio podría adaptarse como museo o hotel rural con encanto, lo que multiplica su interés para posibles inversores que también valoran su excelente situación, comunicaciones y cercanía con la ciudad de Barcelona.
El castillo en sí tiene 1.190m2 construidos y 122 m2 de terraza transitable, más una edificación auxiliar de 226m2 de gran altura donde se ubicaba la antigua almazara donde todavía se conserva la piedra de moler y engranajes.
En cuanto a las dependencias tiene numerosos salones, dormitorios y una cocina con terraza con vistas al gran patio interior de tipo conventual.
Capilla privada y biblioteca
Una de las curiosidades del inmueble es que cuenta además con una capilla privada, cárcel, bodega, biblioteca con arcos y salida al patio interior, pozo y cisterna de agua pluvial, así como una zona exterior como jardín o zona de aparcamiento.
Referencias arquitectónicas y arqueológicas señalan que el edificio está construido sobre una base ibero-romana del siglo I. Se conserva intacta el talud de piedra seca sobre la cual se levanta la edificación. La torre protege el talud y la entrada principal.
Entre los elementos ornamentales con que cuenta el castillo destaca además el emblema jesuita grabado sobre la piedra de la puerta principal,
El castillo de Creixell aparece documentado ya en los años 1059-1066, cuando Ramon Berenguer lo donó a Bernat Amat. Según Mossèn Pladevall ya se conocía el monumento entre 1015-1022.
Al parecer el castillo era la antigua casa Alvarez, al este de la roca donde se halla la actual fortificación. La torre que hay en el ángulo sur tenía relación con esta casa como punto de vigilancia.
