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El fiscal pide citar a 128 testigos por los disturbios tras la muerte de un mantero en Salou

Solicita entre 8 y 15 años de prisión para los 14 detenidos en la jornada de altercados y conflicto por la muerte de Mor Sylla, que cayó de un balcón cuando huía de los Mossos en 2015

04 febrero 2025 20:35 | Actualizado a 05 febrero 2025 07:00
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La sorpresa. La tragedia. La violencia. La impotencia. La tristeza. El 11 de agosto de 2015, Salou vivía un episodio de disturbios marcado por la muerte de un ciudadano senegalés que cayó desde el balcón de su piso a la plaza de Sant Jordi durante una redada policial. Se llamaba Mor Sylla. Tenía 50 años y era un vendedor del top manta. Había estudiado Economía, pero tuvo que emigrar y topó con otra realidad. La vida lo llevó a la venta ambulante.

A primera hora de la mañana de ese martes, la policía emprendió un operativo contra piezas falsificadas. En su huída, Mor Sylla cayó desde el balcón y murió en el acto. La plaza Sant Jordi se convirtió en un polvorín. El colectivo senegalés ardió de rabia y se alzó en duras protestas en una jornada interminable de disturbios, gritos, agresiones y desperfectos.

Ira. Esta era una de las palabras que mejor describe aquel día. La muerte de Sylla levantó la ira de decenas y decenas de personas, en unos altercados que se alargaron hasta última hora de la noche e incluso obligaron a intervenir al cónsul de Senegal.

La muerte de Mor llegó al juzgado pero se archivó penalmente. El juez determinó que fue una tragedia, un fatal accidente sin responsabilidad.

Lo que sí tiene aún recorrido ante la justicia son los disturbios. Una década después, la Fiscalía de Tarragona pide penas de entre 8 y 15 años de prisión para 14 ciudadanos senegaleses acusados de protagonizar aquellos hechos. La acusación habla de preparación de botellas con líquido inflamable, desperfectos en el mobiliario urbano, corte del tráfico ferroviario durante ocho horas, agresión al conductor de un vehículo de la funeraria, rotura de las barreras del paso a nivel o agresiones a los mossos. Es la escena que se desencadenó tras la muerte de Sylla.

Este mes está prevista una vista para llegar a un acuerdo y, en caso negativo, el juicio está señalado para el 5 de mayo. Si se celebra, el fiscal quiere citar a declarar a 128 testigos. Una década después de los hechos.

Vías cortadas ocho horas

Tras la muerte de Mor, decenas de personas se concentraron en la plaza Sant Jordi, entre ellas los 14 acusados, según el fiscal. Según su relato, lanzaron masivamente piedras, palos y mobiliario urbano al dispositivo policial. También impidieron el levantamiento del cadáver: el coche funerario fue atacado con piedras y el vehículo policial que lo custodiaba también resultó dañado.

Los concentrados cortaron el tráfico de la vía del tren en la cercana calle Barcelona. Los manifestantes arrancaron las barreras del paso a nivel, invadieron las vías y colocaron contenedores de basura y piedras en la caja y en los desvíos de la estación. El tráfico ferroviario quedó paralizado durante ocho horas. Renfe se vio obligada a habilitar un servicio alternativo por carretera.

Los concentrados «consiguieron su propósito de menoscabar la propiedad pública» de vehículos policiales y bienes de dominio público, así como cortar el tráfico de vehículos a través del lanzamiento de contenedores y adoquines, arrancamiento de papeleras, incendio de contenedores y lanzamiento de sillas, mesas, sombrillas y soportes de hierro que encontraban a su paso. También menoscabaron la propiedad privada de comercios, y agredieron a peatones y agentes que «debieron intervenir para recuperar el orden público quebrantado». El Fiscal relata la intervención de cada procesado en su acusación.

Protecció Civil de la Generalitat activó el plan Procicat. Los mossos cargaron. Intervinieron la Brigada Mòbil y ARRO, además de los bomberos. También fue activado un mecanismo de mediación con el colectivo senegalés.

Sobre las 19.33 horas, el cónsul del Senegal intervino en las conversaciones, siendo objeto de «acometimiento tumultuario», según el relato del fiscal. Finalmente, después de que les fuera comunicada la puesta en libertad de los detenidos, depusieron su actitud y abandonaron la plaza Sant Jordi sobre las 22 horas.

A los procesados se les acusa de un delito de desórdenes públicos con instrumentos peligrosos, actos de violencia peligrosos con ocasión de una manifestación y se les pide seis años de prisión.

Tras la muerte
de Mor Sylla, la plaza Sant Jordi se convirtió
en un polvorín

Los hechos de la plaza Sant Jordi de Salou avivaron aquel día el debate sobre la situación de los migrantes y la problemática que hay detrás de la venta ambulante ilegal. Una red que, una década después, sigue teniendo un peso específio enorme en la Costa Daurada y que los propios ayuntamientos han confesado que no pueden combatir. Les faltan herramientas. Falta también una legislación clara. Y las medidas deben ir mucho más allá de las estrictamente policiales y la guerra agentes- manteros. Hay dirigentes políticos que lo comparan con el problema de las ocupaciones de viviendas. Son realidades distintas pero todas ellas con una complejidad extrema y con una red de ilegalidad a su alrededor que se ha hecho enorme.

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