Han llegado unas semanas antes de lo habitual, pero las playas del Baix Penedès comienzan a teñirse de azul y a desprender un intenso olor.
La velella ha comenzado a desembarcar en las orillas de las playas. Conocidas popularmente como ‘barquetes de Sant Pere’, no son medusas.
La característica es que llegan a miles en bancos hasta la costa desplazadas por el viento y el oleaje.
Pese a su parecido no son medusas y son inofensivas. Tiene tentáculos pero sin capacidad de penetrar en la piel. Los usa para atrapar el plancton con el que se alimentan. No obstante no deben tocarse ya que pueden sus toxinas son irritantes en heridas abiertas o al frotarse los ojos.

Es cuando llega la primavera que grandes bancos de velella llegan a las costas. Allí se descomponen provocando un fuerte olor. En la orilla se acaban descomponiendo y el mar las retira llevándolas de nuevo al fondo.
La característica de este animal es su vela en el dorso gracias a la cual el viento las impulsa. En esta época es el garbí el que las acerca a las costas.