Tomates, pimientos y cebollas están a punto para la recogida pero pueden perderse por falta de agua en los huertos sociales que se habilitaron hace más de una década en el área de recreo forestal del Fondo del Mata de El Vendrell.
En esos terrenos cultivables una treinta de vecinos, principalmente jubilados, dedican horas a sus huertas. «Es una forma de estar activos, un punto de encuentro y también de tener productos naturales cuidados por nosotros mismos», explican.
Pero ahora temen perder la cosecha. Hace más de una semana que no reciben en sus cultivos el agua necesaria. «Se van a secar», lamentan. Así que no dudan en cargar cubos de agua desde un estanque que hay en la zona.
Con los pantalones arremangados entran en ese estanque para llenar cubos con los que intentar salvar las tomateras, pimenteras y, en definitiva, esas parcelas cultivables a las que dedican horas. «Si las queremos salvar no queda más remedio que meterse en el agua».
Los huertos sociales del Fondo del Mata de El Vendrell reciben agua desde ese estanque que hay en la zona, pero desde hace días el caudal de esa balsa ha descendido hasta el punto de que no suministra a los terrenos de cultivos, por lo que los está dejando secos.
Al parecer ha habido algún fallo para que llegue más caudal al estanque. Desde el Ayuntamiento aseguran haber dado indicaciones a la compañía que gestiona el servicio de aguas municipales para que repare la situación. Pero no hay fecha para el arreglo. Y esa falta de concreción preocupa a los usuarios de los huertos.
«Toda la zona del Fondo del Mata está muy dejada, pese a que ayuda a mucha gente», explica una de las personas que tiene un huerto. Explican que incluso hasta hace unos días contaban con un módulo de lavabo pero que la empresa ya se lo ha llevado porque el Ayuntamiento no pagaba el alquiler.
«Me han salvado»
«A mí esos huertos me han salvado porque me hacen estar en forma y me encuentro con otras personas. Vengo a las ocho de la mañana y me voy a casa a las dos del mediodía. Es una forma de estar activo».
Con el agua hasta la rodilla, los usuarios del los huertos cargan cubos y garrafas mientras el estanque no crece y los pimientos se marchitan.
El Ayuntamiento reitera que la situación está en vías de solución. También adelantan que el próximo año deberían colocarse unos contadores que permitan conocer la cantidad de agua que se emplea para regar esos huertos.
De momento sería para conocer el consumo. Sobre si se cobraría, es algo que deberá estudiarse en su momento.