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Cuando hace unos días eclosionaron los huevos que fueron llevados a una incubadora para garantizar su desarrollo, se sabía que sería cuestión de horas que los que quedaron bajo la arena en la playa de Calafell también se desarrollasen.
Una tortuga desovó en la playa de Calafell un centenar de huevos. La mitad se llevaron para incubar y la otra se dejaron en la playa, bajo la arena.
Ha sido en la noche de este miércoles cuando faltaba poco para las doce. Las tortuguitas asomaban la cabeza demostrando que la puesta que hizo la tortuga careta hace dos meses ha tenido éxito.
Desde esa puesta decenas de voluntarios han custodiado el nido para garantizar el éxito de la puesta. Durante 24 horas al día de manera ininterrumpida se han sucedido los turnos tras una formación a cargo del grupo ecologista Gepec.
Este miércoles había voluntarios y curiosos junto al cercado que delimitaba el nido cuando uno de los testigos de madera colocados en la zona ha comenzado a moverse. Segundos después las tortuguitas asomaban la cabeza.
El nacimiento ha emocionado a muchos y en poco tiempo han sido numerosos los vecinos que se han acercado siguiendo las precauciones necesarias para no afectar a las tortugas.
Técnicos de la Generalitat han acudido a la zona. Ahora una parte de las tortugas se entregarán al Centro de Recuperación de Animales marinos (CARM) para un seguimiento y que crezcan algo antes de liberarlas. Otras ya se dejarán en el mar.
En breve más información.
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