Pedals Non Stop, solidaridad sin frenos

Después de dos años sin poder celebrarlo, Cambrils recuperó ayer el evento solidario Pedals Non Stop en su octava edición. Una cita cargada de energía y emoción que llenó el paseo marítimo con más de 400 bicicletas estáticas que no pararon de rodar durante más de cuatro horas. Todo, para recaudar fondos para el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y su lucha contra el cáncer infantil. Se trata del evento más importante de Catalunya y el segundo de España por número de bicicletas.

«Estamos muy emocionados porque la respuesta ha sido increíble después de dos años de parón por culpa de la pandemia», reconocía el presidente de la asociación Pedals Non Stop, Martín Pagliano, justo antes de ponerse el micrófono y subirse a la bicicleta. Una vez encima, no iba a parar de pedalear durante cuatro horas. Y como él, más de 400 valientes con sus camisetas naranjas que desafiaron al calor y el sol unidos por una noble causa.

Música a tope, juegos de luces, coreografías y mucha motivación, gracias a la labor desinteresada de 18 instructores que condujeron el evento sin cesar de animar. Alrededor de los participantes, un equipo de cerca de 30 voluntarios y voluntarias también velaron para que todo fuera rodado.

Gladis y Emilia eran de las que se estrenaban este año en la Pedals. Venían de Reus con un grupo de casi veinte amigas del gimnasio. «La verdad es que me apunté para colaborar con la causa pero yo nunca había hecho bike. Empecé en el gimnasio para ver qué tal y espero poder aguantar las cuatro horas», decía Gladis justo antes de arrancar. «Hemos hecho muchas clases y haremos todo lo que podamos –corroboraba su amiga–. Estamos aquí para apoyar una buena causa y tenemos todo el ánimo del mundo».

Esa era la gran motivación que se mascaba en el ambiente y también en los mensajes motivacionales que no dejaron de lanzar los instructores. Irene y Laura también son compañeras de gimnasio, en Tarragona, y decidieron apuntarse para esta octava edición a raíz de las clases con su monitor, uno de los integrantes del equipo organizador. «Nos gusta mucho el spinning, pero lo que más nos empuja es poder ayudar a los niños con cáncer», admitían. «Llevamos mucha crema, mucha agua y mucha energía para aguantar las cuatro horas y lo que nos echen. La actitud seguro que no la vamos a perder», animaba Irene.

Con la misma energía se subieron a la bici Jaime e Irina, desde Salou. Para Jaime, ésta era la tercera ocasión que pedaleaba en el evento solidario. «Estuve en 2018 y 2019, antes de la pandemia, y fue una experiencia maravillosa. De hecho, creo que se tendría que repetir por lo menos un par de veces al año. Aquí se crea un ambiente muy bonito, saludable y solidario», expresaba. A la postre, ese cóctel de solidaridad y buen rollo es lo que ha consolidado a la Pedals Non Stop como una de las citas solidarias imprescindibles de la Costa Daurada.