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Hace más de una década que se intentaban hacer las obras para rehabilitar el edificio de Segur de Calafell en el que hay viviendas, locales comerciales, parking y en los bajos un antiguo mercado con diversas paradas que está cerrado hace años.
El edificio, de 1974, presenta graves deficiencias. Incluso la planta subterránea está apuntalada y el mal estado de las fachadas y balcones ha motivado desprendimientos. Pero los propietarios nunca han llegado a ponerse de acuerdo para afrontar las obras.
En algunos momentos las han intentado pero han quedado paralizadas por desacuerdos.
Ante la urgencia de una intervención se optó por una solución que ya se aplicó como novedad en 2016 en Santa Coloma de Gramanet. El Ayuntamiento realiza el proyecto y ejecuta las obras y posteriormente las repercute a los propietarios.
Solución
El concejal de Territorio, Miguel Angel Perín señala que es la fórmula más factible para acabar con una situación que estaba enquistada y no tenía perspectiva de solución rápida. Los trabajos tienen un coste de 429.911 euros que se repercutirán entre los propietarios.
Una de las piezas claves del edificio son los bajos en los que estaba el mercado, que era privado. Los propietarios de las paradas nunca han llegado a ponerse de acuerdo para una venta, pese a que en los ultimos años han habido diferentes propuestas.
Ese antiguo mercado ha sido foco de conflictos y de inseguridad, cobijo de personas y ha sufrido diversos incendios que han alarmado a los vecinos. El alcalde Ramon Ferré considera que en algún momento la solución pasará por acordar una venta.
Ahora los dueños de las paradas deberán hacer frente a una parte proporcional de las obras de rehabilitación de la fachada pese a que no pueden obtener ningún rendimiento de sus propiedades. El Ayuntamiento dispone de un 8% de los bajos que fueron mercado y que corresponde a las zonas comunes como las de paso y los lavabos. Representa un 0,2% del total del edificio, por lo que también debe hacer frente a las obras que sólo serán para resolver los problemas de seguridad del edificio.
Los vecinos del edificio también reclaman una solución para los bajos y plantean que si se llega a vender podría destinarse a equipamientos o a un comercio.
