Ayer tenía que haberse celebrado en la Sección Cuarta de la Audiencia de Tarragona el juicio contra un hombre acusado de haber violado a una ciudadana rusa en 2019 en el piso de él en Salou. Pero la vista se suspendió ya que la mujer quería declarar por videoconferencia desde su domicilio particular, a lo que el tribunal se negó ya que tiene que ser en un edificio oficial, como una comisaría de Policía o un Juzgado. El fiscal pide para el acusado siete años de prisión, una orden de alejamiento durante diez años y pagar una indemnización de 6.000 euros.
En su escrito de acusación, el Ministerio Público relata que denunciado y denunciante habían mantenido una relación de una semana en un chiringuito de Salou, donde él trabajaba en mayo de 2019. El 7 de septiembre, a las once de la noche, el hombre se presentó en el domicilio de ella y pidió hablar, a lo que la mujer accedió. Se subió en el coche y él la besó, recibiendo una bofetada a cambio.
Se trasladaron al domicilio de él y, bajo el pretexto de tener que ducharse y cambiarse de ropa, consiguió que ella entrase en la vivienda. Allí comenzó a besarla y a tocarla por todo el cuerpo. La denunciante rechazó al procesado y quiso abandonar el piso. Pero él la habría agarrado fuertemente por las muñecas y le propinó diversos empujones, hasta lanzarla contra la cama del dormitorio. La inmovilizó boca abajo, sentándose encima de ella.
El acusado, señala el fiscal, introdujo los dedos en las partes íntimas de la denunciante para seguidamente violarla en varias ocasiones. «Ninguna de tales prácticas sexuales fue consentida por la Sra. (...), quien en todo momento intentaba zafarse del procesado y le imploraba que la dejara en paz».