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    Torredembarra proyecta un Casal más sostenible e inclusivo para 2025

    El edificio, de 1960, necesita otra climatización y se aprovecharán las obras para reformar otras carencias del edificio

    20 junio 2022 07:00 | Actualizado a 20 junio 2022 07:00
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    Torredembarra quiere convertir el actual Casal municipal en un equipamiento multiusos adaptado a este siglo, más sostenible más inclusivo, más accesible. El edificio, que ocupa una superficie de más de 2.100 metros cuadrados, se edificó en 1960 en una antigua nave industrial enclavada entre las calles Capella y Sant Adrià.

    El inmueble, con los años, ha sido cuna de entidades torrenses del ámbito cultural y un espacio adecuado para celebrar todo tipo de eventos: conciertos, obras de teatro, danza, cenas benéficas... e incluso cine. El espacio multifuncional tiene el desgaste de estos más de 60 años y a raíz de esta necesidad de reformas obligadas, el Ayuntamiento ha activado una actuación «que se tenía en mente desde hacía ya un tiempo y que ahora se está programando», admite la concejala de Cultura, Núria Batet.

    El sistema de climatización de este gran edificio debe renovarse (mejorar la sostenibilidad y eficiencia). La magnitud del espacio (la sala diáfana, principalmente) y la necesidad de reducir el coste energético son dos factores que han acelerado esta reforma integral del Casal torrense. «El proyecto tiene como objetivo reformar principalmente la sala de actos para mejorar la seguridad estructural y de utilización de los usuarios, así como aumentar la eficiencia y confort de las instalaciones», describre el informe previo del Ayuntamiento a la activación del proyecto constructivo.

    Los aparatos de climatización se reubicarán, se aislará al máximo el edificio para aumentar la eficiencia energética y se contemplan placas solares en el techo para aumentar esta eficiencia energética del equipamiento.

    Este informe municipal contempla un presupuesto de 899.030 euros (con el IVA incluido). «Aunque solicitemos ayuda de los fondos Next Generation, la reforma de la climatización era necesaria y se ha aprovechado para poder redondear esta actuación», explica Batet.

    El Ayuntamiento de Torredembarra espera recibir ayuda externa para cubrir la totalidad del importe de la parte más importante del proyecto (aislamientos, paneles solares, renovación del sistema de calefacción y refrigeración, iluminación...) y completar con fondos municipales otras actuaciones que permitan que el casal «sea más sostenible e inclusiva», añade la concejala.

    El cronograma de las obras, susceptible a los cambios, establece que la redacción del proyecto básico se plantea para el mes de marzo de 2023 y durante ese año se realizaría todo el proceso burocrático necesario: licitación y adjudicación de las obras (durante este tiempo se verá si la subvención solicitada a los Next Generation está confirmada).

    El inicio de las obras de esta reforma integral del casal sería en 2024 con un tiempo estimado de un año de trabajos. En ese tiempo se planteará la necesidad de reubicar las entidades que tienen su despacho en esta antigua nave industrial convertida en espacio multicultural.

    Barreras arquitectónicas

    El actual casal tiene cosas a mejorar, empezando por la accesibilidad de la entrada. El edificio deberá adaptarse a las normativas en este sentido y por esta razón se reubicarán algunos elementos para facilitar una entrada apta para todos los públicos. Lo mismo se plantea en la sala donde se celebran los eventos culturales y en el escenario que está en ella.

    El aforo de esta sala es de 350 a 400 personas máximo y se ha convertido en uno de los referentes culturales de la ciudad. Quizá cuando el proyecto de auditorio se reactive (sin fecha, pero sin estar olvidado por el actual equipo de gobierno), la distribución cultural será diferente a la actual.

    Núria Batet recuerda que las dimensiones de la sala permitieron salvar algunos de los eventos culturales durante las restricciones de la pandemia. La necesidad de espaciar a la gente y reducir los aforos, provocó que las salas pequeñas no pudieran habilitarse para algunos fines y se dejara en el casal esta opción de mantener viva la cultura, fuera de la rama que fuera.

    Además de la reforma del casal, Batet admite que la sala del mar (el vestíbulo de lo que debía ser el auditorio de la ciudad y de la zona del Baix Gaià por extensión) debe tener su auditorio en un futuro. «La idea no está olvidada y la ciudad y la zona necesitan un equipamiento como es el auditorio. De momento, debemos potenciar los espacios que tenemos y activar cuando sea posible esta obra que quedó a medias en su momento».

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