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Avenida Països Catalans de Salou. 20 de junio, a un sólo día del inicio del verano. Ya hay movimiento de turistas. ¿Y qué separa a los hoteles de la vía del tren? Nada. O en el mejor de los casos, un simple quitamiedos. Un tramo de los raíles está descubierto, sin valla. Cualquiera puede acceder y cruzar. No hay ningún impedimento ni ninguna señal que prohiba el paso. El pasado 16 de abril, un tren atropelló mortalmente a un joven a escasos metros de allí. Entró por ese acceso. El mantenimiento de las instalaciones corresponde a Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).
«Es un peligro que no haya valla, sobre todo porque cerca de aquí hay cuatro hoteles muy grandes y en verano hay mucha gente. Me parece muy mal, es un accidente urbanístico», afirma Miguel Labrada, zaragozano que tiene una segunda residencia en Salou desde hace treinta años.
Luis Armendariz, un navarro que lleva cinco años en la capital de la Costa Daurada, lamenta que esa parte «está muy desprotegida, cualquiera se puede colar y poner su vida en riesgo, sobre todo niños que están alojados con sus familias en los hoteles del entorno. La gente aprovecha que no hay valla para cruzar por allí y así se evita dar un rodeo hasta un paso seguro». Al otro lado de la vía esperan edificios de pisos del sector Emprius. Una parte de la valla también está rota allí.
Tomeu, vecino de la zona, coincide en que «deberían vallar ese tramo para evitar que haya una desgracia. Hay trenes que pasan a un gran velocidad y es peligroso. Los fines de semana suele haber jóvenes que atraviesan por allí. Además, se debería limpiar la vegetación para evitar que cualquier día haya un incendio».
Los turistas, que en verano multiplican considerablemente la población en los alrededores de la vía del tren, se muestran perplejos cuando observan este ‘agujero’. «Me quedé sorprendido cuando vi la vía tan cerca de una zona de turística. En los hoteles de aquí se hospedan sobre todo familias con niños y temes que pueda pasar algo», dice David Méndez, de Valencia, que está de vacaciones con su esposa y dos niñas pequeñas en un hotel a cincuenta metros de los raíles.
Blai Ortega, que está de paso por Salou, es más tajante: «Me parece fatal que en pleno siglo XXI suceda esto en medio de una ciudad. Adif debería preservar este espacio con una valla o un paso soterrado o elevado para evitar que la gente cruce jugándose la vida para ir a su casa, a un hotel o a una tienda».
Su apreciación minimizaría la sensación de inseguridad que percibe la Elisabet Sala, que está de vacaciones con su marido y dos niñas. «Me molesta que la vía esté tan cerca por temor a que se pueda escapar un crío y se cuele por allí. En otros sitios ha pasado».
Este tramo de Salou no es el único descubierto. Alo largo de todo el litoral tarraconense asoman puntos negros, lugares donde las vías están a pie de calle en medio de núcleos urbanos o por dónde las personas se cuelan para cruzar. En febrero, Adif bloqueó el acceso al paso de Vilafortuny, ubicado en un callejón detrás del hotel Best Cambrils. En verano los vecinos solían usarlo para acceder a la playa. Pero no había sistemas de seguridad y era peligroso. De hecho, hace casi tres años falleció un mujer al ser arrollada por un tren. Adif tapió el acceso con bloques de hormigón.
