Viaje con los LEGO y los Playmobil a mil y un lugar... ¡Y disfrute de todo al pasar!

Ayer viví, en primera persona, un viaje por la historia. Y además di la vuelta al mundo y me lo pasé pipa yendo al circo y a un parque de atraccciones. Y, ¿saben qué es lo mejor de todo? ¡Que todo fue en cuestión de una hora! ¿No me creen? Pueden comprobarlo ustedes mismos si hoy se acercan al Hospi Brick & Click, la feria de LEGO y Playmobil más grande de Catalunya que se expone en el pabellón deportivo de l’Hospitalet de l’Infant. En el recinto podrán ver más de 14 dioramas de Playmobil y 10 de LEGO que han montado los miembros de las asociaciones Somosclicks (Playmobil) y Hispalug (LEGO), procedentes de Catalunya, la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Navarra.

Les voy a resumir qué es lo que van a experimentar una vez entren por la puerta del pabellón: «¡uauh!», simple y llanamente. Bueno, al menos esto es lo que pensé yo y las decenas de niños y familias -la mayoría de visitantes que vi eran padres con sus hijos- que estaban allí. O eso oí yo una y otra vez, en cada diorama al que me acercaba.

Quizá un adulto tiene que darle mucho a la imaginación para sentirse, realmente, inmerso en una película qué les diría yo, de indios, o par viajar en cuestión de segundos hasta lo más alto del Empire State -como lo oyen, había una réplica en miniatrua del emblema de Nueva York de 1.931, pero hecha con miles de piezas de plástico-. Pero un niño, créanme, se meterá de lleno en cada una de las historias que cuentan los dioramas. Sin ir más lejos, mi propio hijo, de 8 años, no paraba de repetir una y otra vez: «¡Qué chulada! ¡Es muy, pero que muy realista!». En una de esas, alucinando, me dijo «¡Ala! ¡Mira que delfines, parecen de verdad!», y eso que eran ‘minis’. Lo miré e intenté meterme en su cabecita, en una historia en la que una manada de delfines rodeaban con sus bailes a un barco repleto de pescadores. ¡Divina infancia! Y entonces, me uní a él, a esa película que comenzó en alta mar y que luego hizo un salto hasta el lejano Oeste, pero no sin antes pasar por el Jurásico, donde un ‘enorme’ T-Rex atacaba a un explorador, que luego lograba escapar en un alucinante coche de carreras. ¿Qué me dicen? «¡uauh!», ¿verdad?.