Artesanas de moda sostenible

Tendencias. Maite Martín y Alexandra Cherta poseen sus propias empresas de ropa orgánica en Tarragona

07 octubre 2021 08:25 | Actualizado a 07 octubre 2021 18:59
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La apuesta por los productos biodegradables y naturales y la distancia con los estereotipos comunes de la elaboración de tejidos forma parte de la vida profesional de Maite Martín y Alexandra Cherta, dos tarraconenses interesadas por la moda desde un puntos de vista artesano y bajo unos valores especiales con respecto a lo actual. Las dos protagonistas han decidido crear sus propias empresas y cuentan con un recorrido interesante. La pandemia no ha frenado su entusiasmo.

Hasta el punto que Maite Martín decidió activar su proyecto, a pesar de que el coronavirus se interpuso en el camino. «Ya tenía la idea cerrada y pensé que la gente necesitaba vestirse igual. Así que no lo dudé», reflexiona en relación a las interrupciones sociales del momento. Maite cuenta con un atelier (tienda más taller) en la parte alta de Tarragona, justo en la zona de la Catedral, desde hace solamente un año. «Al principio costaba que la gente entrara, así que decidí hacer tarjetas y me recorrí todo el barrio para dejarlas en los distintos negocios de la zona», admite.

El resultado de esa auto campaña de publicidad se acerca al notable. «Tal y como han ido las circunstancias, estoy contenta de cómo funciona el negocio». 

Residente en Altafulla, la emprendedora aprendió a coser gracias a su abuela. «Con ella disfruté y comprendí muchas cosas y, con los años, adquirí experiencia con otras personas». Además ha cursado estudios de diseño y moda, además de trabajar de proyectista industrial justo antes de luchar por su pasión. 

Problemas en la piel
La inquietud por elaborar un artículo natural la conserva desde los inicios. Su ideario pasa por la venta directa, a la medida del cliente y con asesoramiento personalizado. «Conocí a algunas mujeres con problemas en la piel relacionados con tejidos fabricados en China y decidí mirar hacia otra fórmula»

En el ecosistema de Martín, cualquier consumidor puede escoger su prenda preferida y confeccionarla a su gusto sin depender de una talla. «El proceso es un poco lento, intento conocer al cliente y luego ofrecerle el producto a su medida. No vamos por temporadas. Se trata de elaborar el trabajo tal y como se hacía antes». 

«La moda se adapta a ti, si no lo encuentras en mi tienda, te lo hago a medida» es el lema promocional del negocio de Maite Martín Attends un Peu. La modista no duda en invertir tiempo con el cliente, inclusive, antes de llegar al resultado final de la pieza, realiza hasta dos o tres pruebas. En su taller de Tarragona, cose los complementos y los perfecciona para cumplir con el gusto del consumidor.

La empresaria joven
LE BOBÚ es la marca que ha creado Alexandra Cherta, una empresaria de apenas 25 años que se ha criado en Bonavista. Su obra se ha expandido a través de la red, sobre todo en las comunidades sociales, y eso le ha generado un público esperanzador. 

LE BOBÚ dispone de  sus propios diseños y colecciones, aunque, como refleja la tarraconense, «intentamos huir de las tendencias de cada momento». 

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, ya atesora formación en el mundillo. «Trabajé durante año y medio en la start up Tiller Systems y aprendí a perderle el miedo al fracaso. Esa experiencia me animó mucho a dar el paso que finalmente he dado», reflexiona. 

Además completó un Máster en Emprendimiento y vivió otros procesos de educación indispensables para instalarse en la parcela de los negocios más actuales y cautivadores.

Cherta crea moda con productos orgánicos y certificados, por ejemplo con tejidos Lyocell Tencell y Deadsatock, telas reutilizables que otorgan a las colecciones una aura de exclusividad que no deja indiferentes a los insiders de la moda
Este concepto se refiere a materiales desechados por otras marcas. Se tiran y acaban en vertederos. «Nosotros cogemos tejidos de otras empresas que cierran, no hace falta crear nuevos», reafirma Alexandra.

El mundo de la moda le llamó la atención prácticamente desde la infancia, sobre todo desde que aprendió a coser en el barrio de Bonavista. «Yo hago los diseños y disponemos de un taller muy pequeño», explica sobre el método de oficio que ha instaurado. «Siempre he querido tener una empresa y pienso que ser empresaria y mantener tus propios valores y principios es compatible», asegura. Bajo esos códigos de conducta se ha marcado un nuevo reto basado en una dedicación perfectamente adaptable a la responsabilidad medioambiental y al compromiso humano.

La aparición de esta nueva propuesta precisa de unos condimentos que encajen con la filosofía de la empresa. «Buscamos colores, músicas y pinturas que reflejen nuestros valores», explica Cherta, que ha arriesgado alejada del miedo. «No pienso en que me va a ir mal, intento ser positiva, no hay una forma mejor de trabajar y de vivir».

El proceso creativo de cualquier vestido resulta del todo enriquecedor para Alexandra Cherta y Maite Martín, que han decidido ser fieles a unos principios y, de momento, pueden sobrevivir a la competencia de las grandes multinacionales. Convencidas de la originalidad de sus ideas, tiran de ingenio para contentar a su público y crecer en el mundo empresarial. Hablamos de dos artesanas de moda sostenible.

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