Cómo minimizar riegos en las cenas navideñas en casa

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dice que lo recomendable es celebrar en el propio domicilio y evitar reuniones con gente de fuera. Y, si tienen lugar esos encuentros más amplios, preferiblemente deben ser en el exterior, con distanciamiento físico y llevando mascarilla. Claro que, en pleno invierno, las temperaturas no invitan demasiado a estar en el jardín, un ‘lujo’ que además no todos pueden permitirse.  

Así las cosas, la pregunta es cómo minimizar los riesgos si las reuniones, comidas y cenas se realizan en el interior de la vivienda. En este caso, además de reducir en lo posible la duración del encuentro y la cantidad de personas, sobre todo las procedentes de diferentes grupos de convivencia, convendrá dejar abiertas puertas y ventanas para facilitar la ventilación, y, si eso no es posible porque hace un frío que pela o llueve, hay que abrirlas varias veces a lo largo de la comida, aunque eso implique abrigarse más. Al virus le gustan los lugares cerrados. 

Dejar un sitio vacío entre los no convivientes

Antes de nada, es preceptivo que todo el mundo pase por el baño a lavarse bien las manos con jabón. A la hora de sentarse, es importante dejar un sitio vacío entre los no convivientes y evitar poner frente a frente a personas de burbujas de convivencia distintas. Cara a cara solo deben quedar los que viven juntos. 

A la hora de servir la comida, lo recomendable es que lo haga siempre la misma persona, o a lo sumo una pareja; por ejemplo, los anfitriones. Los cubiertos que se utilicen para ello serán solo para esa función. Y nada de picar todos del mismo plato. Para recoger, el consejo es el mismo.
Es obvio que en algún momento habrá que quitarse la mascarilla, pero los expertos recomiendan  hacerlo solo mientras se esté comiendo. En las pausas, que vuelva a su sitio, bien colocada. Y será una buena idea dejar junto al plato de cada comensal un sobre de papel, para que pueda guardar en él la suya. 

Videollamadas para felicitar las fiestas

A diferencia de lo que habitualmente decimos a nuestros hijos, y solo como medida excepcional en esta ocasión tan especial, no se incomode por sentar el móvil a la mesa en Navidad. Y es que estas fiestas van a ser complicadas para mucha gente porque no va a poder reunirse con sus familiares y amigos, por lo que habrá que intentar ser lo más prácticos posible. 

Si no se puede ir a casa de los abuelos ni probar esos fritos tan ricos que hace la tía, al menos podemos sacarle provecho a la tecnología para mantener el contacto con nuestros seres queridos pese al aislamiento forzoso.

Hagámonos con un soporte que nos permita colocar el móvil de manera estratégica para que encuadre bien a todas las personas que están sentadas en la mesa y hagamos una videollamada para, si no durante toda la comida, sí al menos compartir un rato con esas personas con las que no podemos estar sentadas en la mesa, como nos gustaría. No les podremos tocar, pero se trata de un sucedáneo que al menos permitirá mantener un contacto.

Los expertos aconsejan que, «si vas a comer o cenar con cuatro personas, por ejemplo, coloca el dispositivo en el mismo lugar donde sentarías a un quinto invitado, de esta manera la gente que te está viendo al otro lado de la pantalla tiene la misma perspectiva que si estuviese sentado en tu casa».

Brindar a distancia

En una comida navideña, resulta bastante común que un comensal o varios comensales se distraigan y se pierdan en el reparto de las copas, o que a lo largo de la velada se despiste y coja la de otra persona. La especialista de la Dirección General de Salud Pública Eva Elisa Álvarez advierte de que cometer en ese punto un error puede ser peligroso, porque la copa tiene las secreciones respiratorias de quien la usó.

Consejo: ponga en el pie de las copas algún detalle, lazo, adhesivo que permita a cada invitado saber que esa es su copa. Y ya lanzados con el vino, el cava o lo que sea, si hay que brindar, se brinda. Nadie lo va a prohibir, pero mejor levantar la copa y hacerlo a distancia; nada de chocar las copas. 

Los villancicos, para el año que viene

Cuando uno está a gusto y con la gente que quiere, el tiempo pasa muy deprisa. La reunión debe tener un tiempo limitado, nada de largas comidas y menos aún sobremesas. Además, es importante tener en cuenta que a esta hora, tras haber comido y bebido bien, es habitual elevar la voz o poner música. Mala idea. Cuanto más alto se habla, más gotículas de saliva se expulsan. Así que nada de discutir con el cuñado ni elevar la voz. Por supuesto, la sesión de villancicos en familia debería quedar para otro año.