Eduardo Ruiz: «Todos nos tenemos que morir. El problema es aceptarlo»

«Es un trabajo muy bonito. La gente es muy agradecida. Todos nos tenemos que morir, el problema es aceptarlo. Pero una vez los pacientes lo interiorizan, entonces viven, disfrutan de cada minuto del día a día», sostiene el doctor Eduardo Ruiz, uno de los expertos que forman parte de los equipos PADES (Programa de Atención Domiciliaria y Equipos de Apoyo), repartidos por toda Catalunya.

Eduardo, quien abarca la zona de la Ribera d’Ebre y el Priorat, explica que el trabajo de estos profesionales es «dar apoyo para que una persona se pueda morir bien en su casa», en condiciones dignas. 

Eduardo Ruiz es facultativo  en el Hospital Comarcal de Móra d’Ebre y su primer contacto con los cuidados paliativos surgió de forma casual, como tantas cosas en la vida, en una ocasión en la que tuvo que cubrir la ausencia de un compañero. «Acababa de llegar de Inglaterra, donde había hecho mucha medicina de geriatría y también algo de paliativos. Y cuando empecé aquí, me encantó, me enamoré. Desde entonces no he parado», comenta.

El ámbito emocional y humanitario es justamente una de las facetas de estos profesionales.

Una atención que realiza tanto en el centro hospitalario como a domicilio. En este sentido , Eduardo cuenta que los pacientes llegan directamente vía el  médico de cabecera o bien a través del especialista «y lo controlas hasta el final». En cuanto a los enfermos, el doctor habla de «pacientes complejos» y se pueden distinguir tres grupos: oncológicos; con demencias muy avanzadas, así como personas que sufren enfermedades crónicas terminales de corazón, pulmón, hígado o riñón, entre otras.

«Vamos a visitarlos y con ello evitamos que acudan al hospital durante meses, a no ser que se tengan que desplazar por un tema puntual». Por lo que se refiere a la atención, esta es integral, es decir física y emocional. «Es también un apoyo a la familia, que dispone así de unas herramientas para que no sufran».

El ámbito emocional y humanitario es justamente una de las facetas de estos profesionales quienes, en su mayor parte, carecen de la figura de psicólogos. «Un equipo básico está formado por un médico, dos enfermeras y una trabajadora social. Otros tienen fisioterapeuta o psicólogo y si no se dispone de este último, lo suplimos nosotros porque hay mucho trabajo psicológico detrás».

Por lo que respecta a la ley de la eutanasia, Ruiz defiende que es aplicable a casos muy concretos. «En toda mi vida, solo me he encontrado dos situaciones de eutanasia. La gente no quiere morirse, no te lo pide. Quiere vivir, pero sin sufrir. Y eso es lo que te piden. No te encuentras casos como Mar adentro».