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Es una de las grandes escultoras del XVII aunque durante décadas no fue valorada. Luisa Roldán (1652-1684), conocida como La Roldana, estuvo eclipsada por una sociedad machista y por la figura de su padre el escultor Pedro Roldán. En la época se decía que virtuosas obras de Luisa Roldán serían en realidad de su padre.
Pero llegó a hacerse valorar y ser la única mujer escultora de Cámara en la Corte con Carlos II y Felipe V, que marcaron dos estilos muy diferenciados. Fue de las pocas mujeres que en la época llegaron a tener una expansión internacional a nivel cultural.
El reconocimiento en el XVII, en pleno barroco, era insólito. La obra de Luisa Roldán es hoy de un gran valor. En España casi no hay esculturas en museos y apenas se muestran algunas terracotas. Su creación en madera está en museos como el de arte moderno de Nueva York, en Los Ángeles o en Canadá.
Ahora una investigación del historiador de El Vendrell Ernest Benito, señala que una talla de madera que hay en el Museu Deu de la localidad podría ser de La Roldana. Esa posible autoría de la pieza supondría un descubrimiento que impulsaría a la colección.
La talla del museo Deu de El Vendrell muestra a la Virgen cosiendo. En la colección se la conoce como Santa Anna. La pieza no está documentada. Benito, que ha estudiado las obras del museo ya que fue quien lo inventarió cuando Antoni Deu Font realizó la donación, señala que puede ser de Luisa Roldán.
Sin rastro
El coleccionista Deu Font no siguió el rastro de la pieza para conocer su origen y hoy, como sucede con muchas obras de la época, dejan incógnitas que deben revelarse.
La pieza muestra a la Virgen cosiendo. «Vírgenes cosiendo sólo se conocen dos esculturas. La de la Roldana y una del XIV que está en la catedral de Reims». En pintura esa temática de la virgen cosiendo es más habitual, aunque acompañada de otras figuras.
Benito argumenta la similitud de la pieza con otras creaciones de La Roldana. Por la temática y porque fue una figura que también plasmó en terracota. Benito ha analizado cada detalle de la obra y considera que podría estar en el ámbito de Luisa Roldán. Desde las posturas de las manos a los colores, pliegues de la ropa y el cojín muy habitual en obras de la artista.
Hay un elemento que resultaría clave para determinar la autoría de la pieza. La Roldana acostumbraba a abrir en sus obras unos huecos en los que introducía papeles con su nombre para dejar constancia de que era la autora.
En la escultura de El Vendrell hay alguna parte que suena hueca, lo que hace sospechar que encierre una de esas referencias que dejó la Roldana para la historia. Expertos en La Roldana consultados por el Museu Deu han explicado que necesitarían ver la pieza ya que con fotos es difícil una valoración.
Estudio radiológico
También deberá someterse a la talla a un estudio radiológico, además de a una limpieza. Ese análisis permitiría descubrir si encierra algo en su interior, pero también si hay capas de pinturas superpuestas y otros elementos comunes a la obras de la artista.
«Pocos museos tienen esculturas de La Roldana». La autora es además un símbolo de feminismo como mujer que rechazaba los convencionalismos de la época. Huyó de casa, se independizó y se casó con un escultor pese a la oposición de su padre a esa relación. En una de sus obras, como la del Ángel luchando contra el diablo, se cree que Luisa Roldán plasmó su cara en el ángel que vence al demonio que tiene el rostro de su marido.
La fama de La Roldana alcanza relieve cuando Antonio Palomino (1655-1726), el pintor y tratadista de arte, la reconoció como una escultora tan importante como lo fue su padre Pedro Roldán.
Dificultad
La dificultad para seguir el rastro de piezas en museos es complicado. Y más cuando se trata de obras religiosas con siglos de antigüedad.
El Museu Deu de El Vendrell acoge, entre otras obras de arte, una gran colección de tallas religiosas que estarían en el ámbito de los más reconocidos artistas.
Destaca un talla atribuible a Berruguete y que sería la pieza desaparecida del retablo de la Epifanía de la iglesia de Santiago de Valladolid.
Pero también atesora otras obras que muestran una gran cercanía en personajes, estilos y temas con las de escultores como Fray Rodrigo de Holanda, Alejo de Bahía o Vei Stoss.
El historiador y estudioso de la colección que Antoni Deu donó a El Vendrell, señala la dificultad de precisar una autoría, pero son piezas que sin ninguna duda pueden haber salido de los talleres de esos artistas.
«Todas las obras encierran historias que al conocerlas hacen que tengan una mayor pasión hacia quien las contempla», asegura
