El paraíso según Fernanda Trías

Inauguramos el ciclo con las respuestas de la escritora uruguaya Fernanda Trías, flamante ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela Mugre rosa.

Paisaje El bosque de niebla. Una montaña con vegetación tupida, el verde oscuro borroneado por la neblina, plantas colgantes, de aire, orquídeas, bromelias. La sensación de estar caminando dentro de una nube.

Clima Fresco, sin llegar a ser frío. Como Bogotá en días de sol, todo el año.

Origen étnico de los habitantes Latinoamericanos pura cepa, es decir, mezcla de todo lo que, para bien y para mal, ha pasado por aquí.

Lenguaje El lenguaje de los árboles, que es secreto, a veces subterráneo, a veces aéreo. Las plantas pueden comunicarse entre ellas mediante las raíces, mediante vibraciones y olores que lleva el viento. Un lenguaje silencioso.

Pesos y medidas Algún sistema apto para los que somos malos en matemáticas, pero que permita pesos muy pesados y distancias muy largas.

Religión Los perros.

Dimensiones de la capital Lo suficientemente grande como para sentir el anonimato y como para sentir que la oferta cultural es inagotable, aunque al final no salga de mi casa.

El tamaño ideal Tres millones, como Buenos Aires o Madrid.

Forma de gobierno Matriarcado, aunque solo sea para sufrir de manera distinta.

Fuentes de energía natural Mi motor funciona a punta de café negro y sin azúcar.

Actividades económicas De niña hacía obras de teatro para mis familiares y los obligaba a pagar la entrada. Salir a escena consistía en emerger desde detrás del sillón. Un mundo en el que los artistas puedan vivir de lo que hacen.

Medios de transporte Resignada al avión. Mi necesidad de estar en movimiento ha vencido a la fobia. En las ciudades, a pie. Cuanto más caminable sea una ciudad, más apta para mí.

Arquitectura Un jardín zen que te haga sentir que el mundo es armonioso y perfectamente controlable. Para luego volver a la realidad.

Muebles y utensilios del hogar Muy despojado, blanco, con pocos ornamentos y grandes ventanales. Techos altos, plantas. Algún sillón de varios cuerpos, almohadones, iluminación cálida, una lámpara de pie que permita leer por las noches. Una chimenea encendida.

Ropa formal Imposible ponerme ropa formal sin sentirme que estoy disfrazada con la ropa de mi mamá. Pero siempre, en todo caso, negra. Sí a los sombreros y aretes.

Fuentes de información pública Los sueños.

Monumentos: Interactivos “Tumba tu propio monumento ecuestre” o “Pintarrajea a tu prócer favorito”. Otros minimalistas, geométricos y enormes, como esculturas de Richard Serra pero agrietadas, tomadas por la vegetación.

Diversiones públicas Cines a cielo abierto, rockolas públicas que solo tengan discos de Charly García, fanfarrias comandadas por poetas notables, dispensadores gratuitos de hongos alucinógenos.