Elizabeth Lesser: «Un insulto sexista es una forma de violencia»

Es autora de Que hable Casandra, en el que reescribe la historia desde otro punto de vista y empodera a las mujeres para que confíen en ellas mismas

18 marzo 2022 08:07 | Actualizado a 19 marzo 2022 13:09
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Casandra era una princesa de la ciudad de Troya. Para cortejarla, el dios Apolo le concedió el don de ver el futuro, pero ella lo rechazó y él la maldijo: Continuarás viendo el futuro Casandra, pero nadie te escuchará, nadie se creerá tus predicciones. Al final, la joven se volvió loca a raíz de conocer la verdad, pero ser incapaz de que la creyeran. En Que hable Casandra (Maeva Ediciones/Maeva Inspira), Elizabeth Lesser revisa historias, mitos y relatos de todas las épocas, desde la Biblia hasta los clásicos modernos, para señalar que transmiten una imagen negativa de la mujer desde hace miles de años. Diari de Tarragona habla con Lesser, con traducción de Laura Russo.

Actualmente, ¿cuál es el papel real de las mujeres en las instituciones decisorias como entidades bancarias o internacionales?
Para responder a esta pregunta, puse en mi buscador, porcentaje de mujeres CEOs a nivel internacional y obtuve: «A nivel mundial, las mujeres representaron solo el 5% de los directores generales nombrados en 2020». Se puede cambiar la palabra 'CEOs' por bancos, jefes de Estado o cualquier función de toma de decisiones e instituciones y se obtendrán estadísticas similares. Puede parecer que las mujeres están rompiendo el techo de cristal del liderazgo, pero las estadísticas no mienten. Hasta que no haya un porcentaje mucho mayor de mujeres en todo el mundo que participen en las formas en que se establecen las prioridades y se toman las decisiones en los negocios, los gobiernos, el entretenimiento y cualquier otra industria, el mundo seguirá igual. Solo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor ¿Podemos permitirnos que el mundo siga igual? No. Las voces, los instintos y los valores de las mujeres deben ayudar a determinar cómo avanza la humanidad.

Hace poco tiempo que Angela Merkel ya no está en el poder. ¿Diría que si hubiera más mujeres presidentas la invasión de Ucrania se hubiera producido?
Creo que si hubiera más mujeres presidentas empezaríamos a ver cambios en el mundo. Pero no creo que nada hubiera impedido a Vladímir Putin invadir Ucrania. A medida que más y más mujeres asuman el liderazgo, es de esperar que el mundo comience a entender que hay formas de ejercer el poder que son muy superiores al tipo de liderazgo autocrático y de hombre fuerte que está surgiendo de nuevo: Putin, Trump, Erdogan, Modi, etc. Este es el viejo estilo. Es destructivo, impulsado por el ego, y arruinará el mundo. Es hora de que las mujeres introduzcan una nueva forma de liderazgo.

¿Cómo encorserta el lenguaje?, ¿habría que empezar por cambiarlo?
Las palabras que utilizamos cada día, las historias que contamos, las letras de las canciones, los libros que leemos... es interesante prestar atención al lenguaje porque nos dice lo que valoramos como sociedad. A menudo, las palabras asociadas a los niños y a los hombres indican vigor y valor, mientras que las palabras asociadas a las niñas y a las mujeres indican debilidad y deficiencia. Por ejemplo, cuando un entrenador le dice a un niño que practica un deporte que «juega como una niña», es un insulto. Pero si le dice a una niña que es tan buena como los niños, es un cumplido. Las palabras tienen poder: no queremos convertirnos en policías del lenguaje, pero podemos jugar con el uso de las palabras como una forma de cambiar nuestros sistemas de valores. A las chicas les decimos que pueden ser todo lo que un chico puede ser. Empecemos a decirles a los chicos que pueden ser todo lo que una chica puede ser.

 

«Putin, Trump, Erdogan, Modi.... Este es el viejo estilo. Es destructivo, impulsado por el ego y arruinará el mundo. Es hora de que las mujeres introduzcan una nueva forma de liderazgo»

¿Ha sentido en alguna ocasión el síndrome de la impostora?
Soy una profesional de los negocios, una autora, una mujer de 60 años, y sí, todavía siento el síndrome del impostor. A las mujeres se nos ha dicho durante siglos que no somos tan valientes, fuertes o inteligentes como los hombres, así que los sentimientos de inferioridad viven en nuestro ADN cultural. Hay que trabajar para mantenernos firmes y conocer nuestra valía, sobre todo porque a veces lo que sabemos que es correcto para nuestras familias, empresas o comunidades es diferente de los sistemas y valores imperantes. Es importante saber que no estás solo en tu síndrome del impostor. Habla de tus propias inseguridades con tus amigos y colegas: ese tipo de solidaridad y apoyo realmente ayuda.

 

«Las palabras tienen poder: no queremos convertirnos en policías del lenguaje, pero podemos jugar con el uso de las palabras como una forma de cambiar nuestros sistemas de valores».

¿Cómo es de importante que las tareas del hogar se equiparen entre géneros?
Hasta que los hombres y las mujeres no sean iguales en el hogar, las mujeres no serán iguales en el lugar de trabajo ni en el mundo. En los últimos 100 años las mujeres hemos demostrado que podemos hacer lo que hacen los hombres en todo tipo de situaciones laborales. Ahora los hombres pueden demostrar que pueden hacer todo lo que hacen las mujeres en el hogar. Y estoy viendo que esto ocurre ahora... los hombres están cambiando lo que significa ser padre. Es emocionante. Es un cambio importante para que aprendan a ser cuidadores de los hijos, del hogar, de los padres ancianos. Cuando los hombres quieran cambiar y ser más empáticos, comunicativos, cariñosos y atentos, las cosas cambiarán en todas partes para todos.

 

 

Pero, ¿qué sentido tiene luchar en la sociedad por la igualdad si dentro del hogar no existe?
Podemos hacer ambas cosas al mismo tiempo. No se trata de una revolución de lo uno o lo otro.

En ocasiones la mujer es la más ferviente enemiga de la mujer...
No sé si conoces la cita de Frederich Nietzsche: Quien lucha contra los monstruos, debe procurar que en el proceso no se convierta en un monstruo. Las mujeres han tenido que luchar duramente para proteger sus derechos, su seguridad, sus puestos de trabajo y ascender a posiciones de poder. Al luchar contra la represión, a veces los marginados adoptan el comportamiento del opresor. Esto es comprensible, pero trágico. Creo que las mujeres pueden hacerlo mejor. Cuando ponemos el pie en la puerta de las salas de poder, es importante mantener lo mejor de lo que somos como mujeres y no 'convertirnos en el monstruo'. Podemos ejercer el poder de otra manera. Si no lo hacemos, ¿qué sentido tiene conseguirlo? Podemos cambiar nuestras propias vidas a mejor y, al mismo tiempo, cambiar el mundo.

 

«Los hombres están cambiando lo que significa ser padre. Es emocionante. Es un cambio importante para que aprendan a ser cuidadores de los hijos, del hogar, de los padres ancianos»

¿Qué se debe hacer para no ser hijas de Galatea? ¿Boicot a la moda, al maquillaje, a la depilación...? 
Me encanta la moda; me gusta el maquillaje; me encanta sentirme guapa y sexy. No tenemos que boicotear nada de eso si nos hace sentir bien. Pero es bueno preguntarse por qué hacemos algunas de las cosas que hacemos para sentirnos guapas y sexys, especialmente si no son saludables, psicológica o físicamente. Durante años usé zapatos y botas con tacones de 5 centímetros. Sabía que me hacían daño en las rodillas y los tobillos, pero seguía llevándolos porque era lo que todo el mundo llevaba y, por alguna razón, todos decidimos que eso era lo que debían llevar las mujeres. Hacía que nuestras piernas parecieran sexys. Pero, ¿según quién? Al final tuve que operarme de la rodilla. Veo a las mujeres que ahora hacen dieta, aunque su tipo de cuerpo nunca se parecerá al de las modelos. Veo a mujeres jóvenes que se inyectan bótox o se someten a cirugía plástica. Veo cómo las mujeres se ponen productos químicos tóxicos en el pelo. ¿Por qué hacemos estas cosas? ¿Para quién las hacemos? Sí, es divertido estar guapa, pero debemos determinar lo que creemos que es bello, y no debemos hacernos daño para alcanzar el estándar de belleza de otra persona.

 

«A las mujeres se nos ha dicho durante siglos que no somos tan valientes, fuertes o inteligentes como los hombres, así que los sentimientos de inferioridad viven en nuestro ADN cultural»

 

¿Diría que a las mujeres actuales que sufren abusos se les hace luz de gas?
Creo que las cosas están mucho mejor que antes. Creo que las mujeres hemos ganado mucho valor en los últimos años y hemos encontrado formas creativas de hablar y dejar de ser gaslighted. Pero a veces seguimos sin confiar en nuestra propia experiencia y creemos a la gente cuando intentan hacernos sentir que nos quejamos demasiado, o que estamos un poco locas. Es importante creer en tu propia experiencia, respetarte a ti misma, saber que tus valores y opiniones importan.

¿Cómo se puede acabar con los micromachismos y con los insultos como feminazi, 'mal follada' o amargada?
Cuando alguien utiliza un insulto sexista siempre paro la conversación y le digo que esa palabra me duele. Que no es divertido. Que en realidad es una forma de violencia. Nunca lo dejo pasar. A veces hace falta valor para hacerlo, pero es la única manera de educar a la gente.

 

 

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