Enoturismo estival, un paisaje de placer

Propuestas. Las bodegas invitan a desconectar en medio de la naturaleza, junto al maridaje de vinos y gastronomía

01 agosto 2021 15:04 | Actualizado a 02 agosto 2021 00:29
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Disfrutar del paisaje, saborear la gastronomía y dejarse cautivar por los vinos del territorio. Tanto con amigos como en familia, amenizar el verano con actividades enoturísticas permite deleitarse con la naturaleza a la vez que descubrir bodegas singulares. Así, Vins i Olis Suñer (Ginestar) ofrece la oportunidad de «combinar turismo activo y enoturismo, es decir, maridar el deporte con la cultura y gastronomía de la Ribera d’Ebre». «El objetivo de la actividad Wine en Kayac es que la gente conozca, primero, el paisaje y, después, los vinos que elaboramos. Así, la propuesta está pensada tanto para grupos de amigos como para familias con niños, por el contacto con la naturaleza», afirma Josep Suñer.

Naturaleza
Él mismo explica que «la actividad, que dura 4 horas, comienza con la bajada en kayac por el río Ebre, desde Móra la Nova, y durante el recorrido los técnicos de Rogles Aventura explican la vegetación de la zona y las aves que se pueden avistar». Después, Josep Suñer espera a los participantes en el embarcadero de Ginestar, para ir, todos juntos, hasta la masía La Sènia, rodeada de viñedos. «Está cerca de la bodega y el molino de aceite, y es donde hacemos la cata de siete vinos, tres aceites y degustamos diferentes productos de la zona», detalla Josep Suñer. Por todo ello, él mismo asegura que «quien realiza la actividad queda satisfecho por haber aprendido del territorio y haber disfrutado de la experiencia».

Paisaje
«Nos gusta emocionar, divertir, enseñar, hacer disfrutar de nuestro territorio y transmitir su cultura y tradición». Esta es la declaración de intenciones de Montsant Natura que, desde este fin de semana, ha reanudado la actividad ecoturística Entre còdols, de l’ermita al celler, que combina una ruta en 4x4, un paseo entre viñedos por el antiguo Camí dels Cartoixans y el descubrimiento del Celler Cooperatiu de Cornudella. «Es un paseo de unos 4 kilómetros, cuyo último tramo andando recorre en medio de los viñedos hasta el pueblo», explica Víctor Miró, gerente de Montsant Natura, quien destaca que «la actividad es perfecta para hacer enoturismo en familia o grupos reducidos que buscan propuestas diferentes». Él mismo detalla que «en esta época del año la uva todavía no ha madurado, ya que es en agosto cuando empieza a cambiar el color». De la propuesta, Víctor Miró señala que «es una actividad para grupos burbuja». 

Una vez en la bodega, los participantes visitan el edificio y realizan una cata de vinos. «La cata incluye siete vinos del Celler Cooperatiu de Cornudella, que no son siempre los mismos, ya que los vamos cambiando en función de la temporada y de las preferencias de los visitantes», explica Víctor Miró, quien detalla que «si la actividad se realiza por la mañana incluimos un vermut, y por la tarde también incluimos un rosado y una mistela». 

Fuera de la cotidianidad, Montsant Natura también ofrece desayunos y meriendas entre viñedos y desayunos en la terraza del Celler Cooperatiu. «Durante cualquier día de la semana se puede disfrutar de un esmorzar de pagès con productos de proximidad acompañados de diferentes vinos de la bodega», detalla. Así, la degustación incluye pan con tomate y una tabla de embutidos locales, frutos secos y dulces, dos vinos y un vino de postre. Y es que quienes se adentran en el enoturismo, dice Víctor Miró, anhelan «la originalidad, es decir, disfrutar de una experiencia única en todos los sentidos».

En familia
Asimismo, pensando en los más pequeños de la casa también ofrecen la actividad Creativins, «un espacio singular, donde los niños y las niñas pueden dar rienda suelta a la creatividad, pintar con vino y crear con los materiales que la naturaleza les regala, mientras los padres disfrutan de una cata de vinos en un entorno idílico», destacan desde Montsant Natura.
Pensada para que el público familiar viva una jornada memorable, la bodega Altavins, en Batea (DO Terra Alta), propone buscar El tesoro de la Garnacha perdida. Se trata de una gincana al aire libre, por los alrededores de la finca. «Es una propuesta nueva que dura unas 3 horas. Primero recibimos a los participantes en la bodega y de allí nos vamos a una finca de viñedos de Garnacha Peluda y Garnacha Blanca, junto a una antigua masía, rodeada de 30 hectáreas de bosque», explica Núria Barceló, del departamento de Enoturismo de la bodega. Asimismo, la visita está pensada para que las niñas y niños disfruten de la naturaleza y conozcan la historia de los vestigios de la Batalla de l’Ebre. 

Sobre la mecánica de la actividad, detalla que consiste en que padres e hijos trabajen en equipo para encontrar las pistas y superar las pruebas, hasta hallar el tesoro que puede estar escondido en los fuertes construidos durante la Guerra Civil, unos antiguos abrevaderos de piedra para el ganado, etc. «Después de una hora aproximadamente, la experiencia continua con la visita estándar a la bodega para los adultos, con una cata comentada de vinos, mientras los más pequeños disfrutan de la recompensa de la gincana», detalla Núria Barceló.
Con el objetivo de maridar el paisaje y la gastronomía, Altavins también propone una Clotxa y trekking entre viñas. Después de almorzar, la aventura permite descubrir los senderos y miradores alrededor de la finca. «Es una ruta circular que dura unas dos horas, y los visitantes pueden disfrutar de las vistas al Castell de Sant Joan d’Algars y también del Meandre del riu Algars. Después, visitamos la bodega y catamos los vinos Ilercavònia, Almodí, Tempus y Domus Pensi». Por último, Núria Barceló recuerda que «el mundo del vino es como el de la gastronomía, es un mundo de placer que busca hacer feliz a la gente».

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