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En 2018 triunfó en taquilla, y la verdad que contra todo pronóstico, un filme que siendo de Marvel no salía directamente de la factoría Marvel, sino de Sony Pictures. ¿Cómo podía ser que un villano archienemigo de Spider-Man dominara en la elección de los espectadores de todo el mundo?, ¿y sin que apareciera el hombre-araña?
Fueron dos de las muchas preguntas que crítica y especialistas se hicieron entonces para tratar de entender la razón de su éxito. El humor negro y el malvado no ta villano lograron que el público se volcara con un largometraje que consiguió recaudar aquel año 850 millones de dólares, 80 de ellos sólo en su primer fin de semana en Estados Unidos. Las cifras van por caminos similares actualmente, convirtiéndose de momento en la película con mayor recaudación desde que se iniciara la pandemia. Por ahora, lleva ya más de 210 millones acumulados desde la fecha de su estreno de América.
Un héroe antihéroe
Venom: Habrá Matanza, que sin tener un metraje largo (97 minutos) para una película de ación y superhéroes, vuelve a aprovechar uno de los aspectos más destacados y llamativos de la primera entrega: las interacciones entre Eddie y Venom. Es decir, entre la persona y el extraño ente en que se convierte, algo así como el doctor Jekyll y Mr. Hyde. En aquella primera entrega, que parece va camino de convertirse en una saga, Tom Hardy le daba a sus dos personalidades carácter, aunque en esta ocasión trata de profundizar un poco más en ello mientras logra que pasemos un rato entretenido con ellas.
Cabe recodar que Eddie Brock (Tom Hardy) es el astuto periodista y reportero que, después de quedar infectado, experimentará radicales cambios en su cuerpo y adquirirá los poderes del simbionte Venom, que usa a Brock como huésped y le convertirá en un despiadado y peligroso súpervillano. En esta ocasión, Venom se reencontrará con Cletus Cassady, más conocido como Matanza (Carnage), el enemigo más sangriento de la historia de Spider-Man. Y Matanza está interpretado por Woody Harrelson, que ya dejara sus pinceladas en aquella primera entrega y que apuntara a lo que podría suceder después. ¿Habrá venganza? Den por seguro que habrá carnicería.
Javier Bardem es 'El buen patrón' que aspira al Oscar
Blanco, un carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá su destino y la obtención de un premio local a la Excelencia Empresarial: todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, todo parece conspirar contra él. Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.
Se trata del octavo largometraje de ficción de Fernando León de Aranoa y su tercera colaboración con Javier Bardem, con quien empezara su relación fílmica con Los lunes al sol (2002), a la que seguiría Loving Pablo (2017). El director también de Princesas (2005), Barrio (1998) o Familia (1996) construye ahora esta comedia realizada con los materiales del drama en la que el madrileño ha decidido, por primera vez, dejarse llevar por el humor.
El buen patrón representa a España en la carrera al Oscar a la Mejor Película Internacional.
Zhang Yimou, director de La linterna roja (1991) o La casa de las dagas voladoras (2004), propone un cuento de amor al cine ambientado en la Revolución cultural china en este filme que inauguró el pasado Festival de San Sebastián.
Entre la comedia y el drama, "Un segundo" gira en torno a dos personajes opuestos condenados a entenderse, una vagabunda y un convicto que escapa de un campo de trabajo. Por motivos diferentes, ambos persiguen hacerse con una película en la que aparece la hija del segundo.
