Ignasi Blanch vuelve al Muro de Berlín

El roquetense participa en la conmemoración de los 60 años de su construcción, con su obra ‘Parlo d’amor’

15 agosto 2021 15:25 | Actualizado a 15 agosto 2021 16:55
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El Muro de Berlín fue un símbolo de la Guerra Fría, que caía hacia la medianoche del 9 de noviembre de 1989. Erigido por la Alemania comunista en 1961, esta semana se han cumplido 60 años de su construcción y para conmemorarlo, la East Side Gallery ha querido hacerlo con arte, con el proyecto Permeable Place-Fair Transitions (Lugar permeable-Transiciones justas).

De aquella lamentable pared quedan en pie apenas unos metros, convertidos en un museo al aire libre, que lucen pinturas de diferentes artistas. Entre ellas Parlo d’amor, del ilustrador del Baix Ebre Ignasi Blanch (@blanchignasi), único creador de todo el Estado español que ha pintado en ella. Ahora, 31 años después, Blanch ha vuelto al Muro para participar en los festejos con una revisión de su obra.

 

 

 

«Estoy emocionado y a la vez agradecido porque yo pinté Parlo d’amor en 1990 y de los artistas de entonces solo han invitado a tres. No me esperaba estar entre ellos y me ilusiona mucho», cuenta Blanch desde Berlín. Al mismo tiempo que pone de relieve la importancia de esta acción para el barrio Friedrichshain, el cual «está en un momento de promoción, es una zona rica de la ciudad, con construcción de edificios de alto estanding, de comercios, industria y oficinas. Entonces, importa muchísimo que el Muro se conserve, que se cuide, que se preserve». 

La inauguración tuvo lugar el jueves día 12 y las actividades se han prolongado durante todo el fin de semana. En ella se mostraron las diferentes propuestas artísticas, más la performance de Karina Villavicencio. «De alguna manera, explico lo que no expliqué hace 31 años. Hablo de amar a quien quieras, en el mundo y en la vida, de sentirte libre con tu amor. Por esto en un primer momento ya busqué caras masculinas», dice Blanch, en una denuncia de la homofobia creciente. «Y lo explico con una nueva propuesta audiovisual, con música de las Terres de l’Ebre, de Pili Cugat y Carlos Lupprian» quienes, para la ocasión hicieron una versión del tema Sé una dolça mà, con texto de Vicent Pellicer. «Ha sido muy bonito escuchar aquí con mi vídeo un tema en catalán».

 

 

 

 

Asimismo, esta nueva versión que se titula Parlo d’amor all over the world, presenta una llamativa gama cromática y la frase Parlo d’amor en un sinfín de idiomas. «Pedí a amigos y familiares, a alumnos, que lo dijeran en todas las lenguas posibles. Podía haberlo buscado en Google, pero era la excusa para que todo el mundo formara parte de este proyecto. Amigos de la India, de Pakistán, de Rusia, de China... Y a pesar de que no he podido incluir todos los que me han enviado, han quedado representados. Es una denuncia pública muy interesante a través del arte y también atrevida, ya que está en idiomas de países en los que la homosexualidad conlleva la pena de muerte», señala. 

Este compartir con los demás es una de las esencias de Blanch, lo que ha hecho que Parlo d’amor conecte directamente su localidad con la capital alemana. En este sentido, la pintura está reproducida a tamaño real en Roquetes desde hace veinte años «gracias al Ayuntamiento, a la Diputació de Tarragona y al consulado alemán. Repercute en la ciudad donde nací porque de alguna manera la gente de Roquetes ha crecido con esta imagen y en esta pieza audiovisual aparecen los roquetenses restaurándola. Es un hecho social por el que el arte llega a todo el mundo». 

 

 

 

La historia de Parlo d’amor se remonta a los meses inmediatamente posteriores a la caída del Muro y conecta con la biografía del artista, con la época en la que vivía y estudiaba en Berlín. «Era una litografía que entonces estaba haciendo y la escogieron para que fuera a pintarla. Lo que ninguno de los participantes de aquel proyecto internacional imaginaba era que duraría tantos años. Pensamos que era un acto efímero, de los muchos que se celebraban», afirma.

Y sin embargo, durante 31 años algunas pinturas, entre ellas la suya, se han restaurado y están en un perfecto estado. Así las cosas, durante todo el fin de semana las emociones han estado a flor de piel, ya que como manifiesta, «volver a estar en este Muro, en esta ciudad en la que he vivido tantas experiencias, en la que estudié muchísimo, es un pequeño regalo de la vida, al que siempre estaré agradecido».

Acciones como esta conectan a Blanch con el Berlín de los años 90, «esta ciudad de cultura alternativa, efervescente y hoy en día todavía más». No obstante, más allá de la ilustración, tienen mucho que ver con su manera de entender el arte, «con esta multidisciplinariedad que defiendo y que yo mismo me aplico. Y Berlín me lo facilita mucho. Por eso siempre volveré a ella, porque es la ciudad que ha marcado mi vida artística».

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