Jordi Abelló reivindica el patrimonio con ‘Pou de gel’

El reusense inaugura el día 9 el proyecto videográfico en el Espai Amill de Vinyols i els Arcs

07 septiembre 2021 08:47 | Actualizado a 07 septiembre 2021 16:21
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El artista reusense Jordi Abelló estrena este jueves Pou de gel, su último proyecto videográfico que se podrá visitar hasta el día 30 de este mes, dialogando con la pintura de Carles Amill, a quien rinde homenaje.

Con el proyecto, Abelló recupera un espacio abandonado de Alforja, conocido como la ‘Nevera del Ginoteta’, una obra que ha concebido en su nuevo estudio ‘Cal Cubano’. «Cuando vine –explica– sabía que me tenía que relacionar con el paisaje que tanto me ha influido y empecé a trabajar con las abejas, después con las terminas y ahora con un pozo de hielo». Jordi Abelló comenta que este lugar le ha fascinado por su belleza y su amplitud, de más de 10 metros de diámetro por 10 metros de altura, por lo que ha querido incluirlo en su obra, para denunciar el abandono del patrimonio.

El reusense explica que fue su amigo Rogelio Portal quien le descubrió el espacio que ahora ha inspirado su última obra. «Lo fuimos a ver por Sant Antoni y quedé fascinado por su majestuosidad. Consideré que el pozo de hielo era una obra maestra y me pregunté qué podía hacer por aquel lugar abandonado para atraer de nuevo las miradas y promover su conservación». Tras pensar mucho, en un paseo por Cambrils, quedó cautivado por cómo los pescadores reparaban pacientemente las redes y esto lo inspiró: «Dejaría caer por el óculo del pozo de hielo una red de pescador auténtica y disfrutaría viendo la arquitectura que nacía en el espacio. Un dibujo arquitectónico como las maquetas que hizo Antoni Gaudí para la Cripta de Colonia Güell».

Por medio de la artista Nuri Mariné, Jordi Abelló contactó con un pescador que le cedió una red en desuso y que después tiró por el el óculo del pozo, una acción que filmaría para obtener el documento artístico. «Aconteció un momento mágico. Cuando la red cae acontece arquitectura del vacío. Una arquitectura que no necesita cimientos ni está arraigada en la tierra. Ocurrió que el pozo creó una arquitectura al aire, llena de libertad. Y esta idea es un pequeño milagro», afirma Jordi Abelló. Asimismo, el documento audiovisual es un homenaje «a las personas que construyeron el pozo, pero también a los artistas que me han marcado», concluye.

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