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Buena música, con dosis de humor, teatro y una gran interacción con el público. Desde hace una década, la Stromboli Jazz Band ha hecho de todos estos ingredientes su fórmula magistral. Una materia prima que de nuevo plasmarán en el que será el tercer disco de la formación del Camp de Tarragona, que verá la luz el próximo mes de marzo, integrada por Raül Cid, al trombón, voz y dirección; Josué García, a la trompeta; Ton Solé, al banyo y ukelele; Ismael Carles, a la tuba; y Adrià Mort a la batería.
«Cuando presentamos el segundo álbum, hace cinco años, la gente ya nos preguntaba por el tercer disco. De modo que este nuevo álbum será un agradecimiento a nuestros seguidores y a todas aquellas personas que, desde el comienzo, nos han apoyado», explica Raül Cid. En febrero de 2013 presentaron su primer CD, Smile, y en marzo de 2017 celebraron su quinto aniversario con la presentación del segundo disco Be Happy.
La Stromboli Jazz Band ya ha entrado al estudio de grabación de Amanita Estudi en Constantí. «El álbum incluirá una docena de canciones que reflejarán lo que hacemos en el escenario, es decir, con temas de swing, dixieland, alguna banda sonara, algún tema latino… El resultado será un álbum muy alegre, festivo y rítmico», afirma Raül Cid.
Complicidad
En esta década, explica Raül Cid que «la banda está más cohesionada, ya que tenemos más afinidad y complicidad encima del escenario, algo que también transmitimos al público», y que se ve reflejado en las actuaciones en directo como también se plasmará en el tercer disco.
La Stromboli Jazz Band también se retroalimenta de la energía de sus seguidores. «Creamos equipo en el escenario y fuera de él, por lo que compartirnos mucho tiempo juntos. Somos compañeros de trabajo y amigos, por lo que todo lo que ocurre encima del escenario, el buen rollo, el humor, las risas, es real», asegura Raül Cid, quien añade que «el público también es cómplice de esta buena energía». Desde la primera vez que subieron al escenario, la Stromboli Jazz Band tuvo claro que «queríamos que el público saliera de la actuación más contento de lo que habían entrado». Un leitmotiv que, desde entonces, transforma cada actuación en mucho más que un concierto.
