La novela caníbal de Pérez Andújar

“Escribir es un acto de canibalismo”, se lee aquí. Puede ser, pero qué placer.

26 diciembre 2021 22:27 | Actualizado a 27 diciembre 2021 08:27
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Para hacer un resumen de la novela más reciente de Javier Pérez Andújar (Sant Adriá de Besòs, 1965), 'El año del Búfalo', con la que ha ganado el Premio Herralde este año, se puede ir por dos caminos. 

Uno es contar que que esta novela cuenta la historia de cuatro amigos encerrados en un garaje en el que aparece una criatura cuya naturaleza nunca termina de aclararse (ni falta que hace); y que, mientras tanto, uno de ellos, Folke Ingo, va escribiendo una novela que consiste, más o menos, en recopilar golpes de Estado, episodios de decolonialismo y acontecimientos violentos en política que han sucedido a lo largo de diferentes años chinos del Búfalo, como 1973. 

Pero hay otra manera: Folk Ingo ha muerto y ha dejado una novela, sobre cuatro amigos encerrados en un garaje, etc., que el Ministerio de Humanidades se dispone a editar y durante el proceso de edición, diferentes voces -la traductora, la madre de Ingo, el presidente del Club de Amigos de Gregorio Morán, entre otros– discuten algunas de las cosas que se cuentan en la novela y algunas de las intervenciones de los demás. 

Hay un momento, además, en que esa discusión editorial “salta a la palestra”, como se dice en la novela y pasa del paratexto de las notas al pie al cuerpo principal. De la misma manera que se cuentan golpes de Estado en países de África o de América Latina, hay una disputa por el control de la narración.

Dice Pérez Andújar que 1973, el año de la crisis del petróleo, tiene algo de desencanto: la decepción con el sesentayochismo ya se ha producido, la decolonización está empezando y en muchos de los países del llamado Tercer Mundo hay revoluciones que a los tres segundos de triunfar se convierten en dictaduras. 

De ahí llega una especie de imagen negativa de la humanidad: violenta y corrupta, pero también voluble, tanto en lo individual como en lo colectivo. Eso en cuanto a lo que tiene que ver con el inventario perequiano-revolucionario del Búfalo. 

En todo lo demás, 'El año del Búfalo' es un libro divertidísimo y vivo y escrito contra todo. Hay un homenaje a Gregorio Morán, aparece el ataúd de Franco saliendo del Valle de los Caídos en helicóptero y, claro, uno de los personajes se acuerda del helicóptero de Tulipán. 

Puro Andújar en la mezcla, como es puro Andújar la irreverencia –alguien confunde 'Platero y tú' con “Borriquito como tú”–, las bromas basadas en la ambivalencia semántica – anfibología aquí–, el poso de verdad tras la risa y el reconocimiento a los escritores de su canon: de Curtis Garland a Carmen Martín Gaite pasando por Miguel Labordeta. 

 

“Escribir es un acto de canibalismo”, se lee aquí. Puede ser, pero qué placer.

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