La primera evidencia de tecnología extraterrestre se llama ‘Oumuamua’

Avi Loeb, catedrático de Astrofísica de la Universidad de Harvard, defiende que no estamos solos en el Universo

05 abril 2021 13:27 | Actualizado a 05 abril 2021 15:04
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Avi Loeb ha puesto patas arriba a la comunidad científica con su hipótesis sobre lo que sería la primera evidencia de vida extraterrestre inteligente. Y Avi Loeb no es un don nadie. Es, ni más ni menos, que catedrático de Astrofísica de la Universidad de Harvard. También es, entre otras cosas, miembro del Consejo de Asesores de la Presidencia de los Estados Unidos en Ciencia y Tecnología o de la Academia Internacional de Astronáutica.

Todo empezó en 2017, cuando científicos del observatorio Haleakala, en Hawái, detectaron la entrada al Sistema Solar de un objeto interestelar. Primero descartaron que fuera un cometa. Tampoco era un asteroide, puesto que su comportamiento no seguía las pautas habituales. Entonces, ¿qué era? Los científicos decidieron llamarlo Oumuamua y ese fue todo el consenso. A partir de ahí se abrió un encarnizado debate, que continúa y continuará.

Muchas de las grandes teorías como los agujeros negros, la materia oscura o la teoría de cuerdas no se pueden demostrar científicamente. En cambio, cuando hablas de vida extraterrestre, se niega la mayor» (Oriol Alcorta. Editor de 'Extraterrestre')

Mientras que Loeb defiende que se trata de la primera señal de vida extraterrestre inteligente, un sector de la comunidad científica se ha parapetado en contra y critica con dureza esta posibilidad. Todo ello lo explica Loeb en el volumen Extraterrestre. La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra (Editorial Planeta). 

«Uno de los temas fundamentales que aborda Extraterrestre es como, de entrada, se niega esta posibilidad», comenta Oriol Alcorta, el editor del libro. «Justamente lo que Loeb dice es que toda la ciencia está basada en crear suposiciones, en plantear hipótesis que van más allá de la lógica. Muchas de las grandes teorías como los agujeros negros, la materia oscura o la teoría de cuerdas no se pueden demostrar científicamente. En cambio, cuando hablas de vida extraterrestre, se niega la mayor», manifiesta Alcorta. ¿Por qué? «Entramos en un tema más filosófico de fondo. Nos creemos que somos el centro del Universo y nos negamos a aceptar que pueda haber otra forma de vida», sentencia. Sin embargo, en apariencia, el ser humano ha buscado esta posibilidad a lo largo de las civilizaciones, ¿o no?

Las leyes de la física son exactas, infalibles. Por esto precisamente Loeb formuló su hipótesis. «Cuando Oumuamua se aceleró en su camino alrededor del Sol, su trayectoria se desvió de la que cabría esperar por la mera gravedad de nuestra estrella. No había ninguna explicación obvia del motivo. Y este fue, para mí, el dato más desconcertante», escribe Loeb en Extraterrestre.

A la manera de un detective, el astrofísico estadounidense empezó a tirar del hilo hasta llegar a la conclusión de que Oumuamua podría ser el vestigio de una civilización antigua.

Un encuentro con otra civilización podría ser una lección de humildad (Avi Loeb. Astrofísico).

Aparcar egos
«Loeb interpreta que Oumuamua era un explorador. Un objeto que pulula por el Universo, probablemente incluso después de desaparecer la civilización que lo ha enviado», explica Oriol Alcorta. « Es fascinante la posibilidad de encontrar residuos tecnológicos sin funcionalidad aparente volando por nuestro sistema solar, como podían ser piezas de equipamiento que se habían quedado sin energía tras viajar millones de años y que se habían convertido en chatarra espacial», cuenta Loeb en Extraterrestre, en lo que él llama la hipótesis de la vela solar.

En cualquier caso, el astrofísico recomienda aparcar egos, los de todos, porque como vaticina, «un encuentro con otra civilización podría ser una lección de humildad», una lección que pondría en entredicho todas las creencias actuales religiosas, políticas, sociales y culturales. Y la pregunta que Loeb se hace en referencia a los más conservadores es «¿qué pasó con la curiosidad y la inocencia de cuando éramos niños?».

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