Marcos Chicot: «Para Platón la ignorancia era la raíz de todos los males»

El escritor superventas publica ‘El asesinato de Platón’, dedicada al mayor pensador de todos los tiempos. Una novela que traslada al lector a la Grecia clásica y le permite ser espectador en la Academia

10 diciembre 2020 10:30 | Actualizado a 11 diciembre 2020 07:26
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Marcos Chicot (Madrid, 1971) es licenciado en Psicología Clínica. Como novelista, ha publicado El asesinato de Pitágoras, La Hermandad, Diario de Gordon y El asesinato de Sócrates. Su última obra, que le ha costado hilvanar cuatro años, está dedicada al mayor filósofo de todos los tiempos. El asesinato de Platón (Editorial Planeta), es un retrato de la Grecia clásica, cuan si el lector se estuviera paseando por El ágora o entrara a oír un discurso en la Academia, al lado de los grandes pensadores del momento. Chicot dona el diez por ciento de lo que obtiene con sus obras a organizaciones de ayuda a personas con discapacidad. Web: marcoschicot.com; Twitter: @MarcosChicot; Instagram: @marcoschicot.

Si Platón hubiera sido testigo de los últimos comicios americanos, ¿qué hubiera pensado?
Platón dedicó su vida a luchar contra los demagogos y es lo mismo que hubiera hecho ahora. Él decía que eran los mayores enemigos de la democracia y actualmente lo hubiera confirmado. Las democracias desaparecieron durante unos 2.000 años. Las hemos recuperado y lo hemos hecho con los mismos problemas. Él hubiera pensado que no hemos avanzado y que se requieren las mismas soluciones.

Tengo lectores desde los 12 años y me encanta. No voy a cambiar el mundo. Ojalá. Pero si por lo menos, durante un tiempo, puedes cambiar a algunas personas, que reflexionen, es perfecto 

¿Cuáles?
Unir política y filosofía. Que gobierne la justicia en lugar de la corrupción, así como la razón, el conocimiento y la sabiduría en vez de la ignorancia, que para él era la raíz de todos los males.

¿Se ha propuesto rematarlos a todos? Aristóteles aparece en su novela, ¿es el siguiente?
No lo sé todavía. A mí personalmente me parece un placer poder sentarme con él y con Platón en la Academia. Es la magia de la literatura, aunque yo sea el artífice. Las novelas tienen tres placeres, proporcionar intriga, tensión emocional y aprendizaje.

Pero a la Academia también asistían para dejarse ver. 
Sí. Yo quería recrear la vida, no un mundo ideal. Quería mostrar historias de redención y de caída. A fin de cuentas, qué nos mueve y qué somos. Ambición, sí. Generosidad, pero traición y lealtad.

Historias de personajes como Calipo o Leónidas...
Leónidas desprecia a su mujer. Pero por otra parte, también es un hombre de honor. Tiene sus luces y sombras. El asesinato de Platón es una novela de personajes. Quizás es en la que más he intentado dialogar con ellos para que el lector los sienta. Por ejemplo, a Platón me interesa mostrarlo desde Altea, desde los discípulos y desde sus enemigos. Al final, todas esas sumas de puntos de vista son las que forman la idea del pensador. El Platón ídolo no me interesa.

El discurso de Altea en la Academia no es bienvenido por todo el público. ¿Este rechazo ha hecho que no nos llegue ninguna filósofa?
Platón defendía que las mujeres tenían que recibir la misma educación. Esta es una de las causas que explica un poco la generalización de la relación homosexual en la antigua Grecia. Asociaban un amor pleno con una relación entre hombres en el sentido de que se podía establecer una relación intelectual porque una mujer que no participaba de la vida pública no podía debatir. Por supuesto que había mujeres muy inteligentes que destacaban, pero si no recibían educación, si estaban encerradas en casa... Eso determina también el hecho de que haya menos mujeres que hayan llegado a los libros de historia.

Respecto a los valores, no es que no los hayamos superado, es que nos hemos quedado atrás en relación con la Grecia clásica. Tenemos una arrogancia inmensa debido a la tecnología y a la ignorancia.

¿Cómo ve la evolución de la mujer?
Ahora está todo mucho más igualado, pero no del todo. Aunque a Platón le encantaría. Él decía que podían hacer las mismas tareas, incluido gobernar y en su estado ideal gobernaban las mujeres. Si hubiera visto a Merkel o a Jacinda Ardern, la presidenta de Nueva Zelanda, gestionando la pandemia le hubiera parecido un gran logro. Creo que es una muestra de que el estado ideal es más fácil de llevar a cabo precisamente con mujeres.

¿Cómo estaban vistos los filósofos en la época?
Depende de qué filósofos. Los sofistas lo tenían más fácil. Yo intento mostrar un panorama muy completo. A los sofistas no les interesaba la verdad, sino convencer y vencer en los debates de la asamblea y los tribunales. Ellos no tenían ningún problema porque eran los maestros de los demagogos. Y eran los que más triunfaban a nivel popular. Platón era un genio y en gran parte sería un incomprendido para ellos. Había que ser muy capaz, meterte en la Academia y estudiar profundamente para valorar realmente sus enormes aportaciones. En temas políticos, además, decía cosas que parecían contrarias a la democracia. 

¿Qué decía?
Criticaba, cuestionaba. ¿Qué nos enseñan los grandes filósofos? Valores. Toda su filosofía está orientada al bien común y a la importancia del concepto de justicia. Valores y enseñar a pensar, tan desaparecido hoy en día.

Pensamiento crítico...
Es incómodo hoy como lo era entonces. Es decir, cuestiónate las cosas, cuestiónate a los políticos. Él ya no los cuestionaba, los criticaba directamente en todas sus obras. 

¿Educamos ahora en el pensamiento crítico?
Si eliminas completamente el pensamiento crítico, que es a lo que tiende el sistema, nos convertimos en unidades de producción, de consumo y de voto. Y hoy en día lo que ocurre es que no nos damos cuenta con el ritmo frenético que llevamos. Continuamente reaccionamos. Si reaccionas no estás pensando, no es pensamiento crítico. Lo que tenemos que hacer es parar, reflexionar y entonces empiezas a tomar decisiones y llegas a tus propias conclusiones. Te conviertes en un elemento imprevisible.

Las democracias desaparecieron durante unos 2.000 años. Las hemos recuperado y lo hemos hecho con los mismos problemas. Platón hubiera pensado que no hemos avanzado y que se requieren las mismas soluciones.

¿Peligroso?
Incontrolable. Pero al sistema hay que ponerle coto. Si los gobernantes solo quieren el poder, solo les interesa aquello que les afiance su poder. Y esos son los enemigos de Platón y los nuestros, en definitiva. Por eso Platón está tan vigente y creo que no debemos olvidarlo. O recuperarlo. Ese es el guiño que hago. Digo asesinato pero quiero resucitarlos.

Tenemos refugiados como tenían ellos. ¿En qué hemos avanzado?
En la tecnología. Algunos dicen que lo que viene del pasado ha quedado obsoleto. Pero estamos hablando de los mayores pensadores de todos los tiempos, que trataron cuestiones básicas. Respecto a los valores, no es que no los hayamos superado, es que nos hemos quedado atrás. Tenemos una arrogancia inmensa debido a la tecnología y a la ignorancia. La ignorancia es tremendamente atrevida. Y los griegos fueron los grandes maestros en todo. Alcanzaron la perfección en el arte, en el pensamiento, en arquitectura, escultura, pintura y cerámica. Crearon la democracia, el teatro, los grandes literatos, los filósofos, la medicina, la historia... El humanismo y el pensamiento crítico es lo que menos hemos recuperado. Las aportaciones de Platón son inmensas, revolucionarias y las tenemos absolutamente olvidadas.

Si eliminas completamente el pensamiento crítico, que es a lo que tiende el sistema, nos convertimos en unidades de producción, de consumo y de voto

De todos sus personajes, ¿Epaminondas es el que más se parece a Platón, a pesar de todo?
Epaminondas era extremadamente inteligente. De hecho, tenemos una referencia de Cicerón, en época romana, que decía que era el primer hombre de Grecia, antes que Pericles o Alejandro Magno. Hoy en día lo hemos olvidado un poco, pero tenía un enorme prestigio entonces. En el fondo, era un general filósofo. Yo tenía referencias suyas. Y aparte, llevo muchos años en esta época.

Ya en el siglo XXI, ¿cree que sus novelas deberían entrar en clase?
Es lo que más ilusión me haría. Tengo lectores desde los 12 años y me encanta. Y en muchos institutos ya han puesto a Pitágoras y Sócrates. No voy a cambiar el mundo. Ojalá. Pero si por lo menos, durante un tiempo, puedes cambiar a algunas personas, provocar que reflexionen, es perfecto. Lo que quiero es que estos libros no se olviden. Si no, no merecería la pena todo el esfuerzo.

 

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