Paco Guzmán, pasión por la caricatura

El artista recopila en un libro más de cien dibujos de personajes famosos actuales y del siglo pasado

28 marzo 2022 17:20 | Actualizado a 29 marzo 2022 15:59
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Desde Pablo Ruiz Picasso hasta Woody Allen, pasando por Javier Bardem, George Clooney, Julia Roberts o Bob Marley. Artistas, cineastas, actores y músicos que, además de ser reconocidos a nivel internacional, tienen en común que sus rostros han inspirado al caricaturista y pintor ulldeconense Paco Guzmán Morcillo (1970).

El artista ha publicado el libro 901 caricaturas (Editorial Onada), que recoge más de 100 caricaturas a todo color, realizadas con diferentes técnicas como, acrílico sobre tela, pintura digital, óleo sobre tela y grafito sobre papel, de todo tipo de personajes famosos actuales y también del siglo pasado, como directores de cine, músicos, escritores y actores. Además, contiene treinta páginas con divertidos relatos cortos que cuentan las aventuras y desventuras de un caricaturista callejero durante los meses de verano, una manera singular de relatar la vida de un artista callejero tan arraigado en la sociedad actual.

Como si fuera ayer, Paco Guzmán recuerda que «tenía 18 años cuando por primera vez salí a la calle a dibujar y pintar caricaturas. Por aquel entonces, yo trabajaba en una fábrica de muebles, y aprovechaba las vacaciones para ir a Peñíscola, mientras que también, en casa, hacía algunas caricaturas a partir de fotografías de personajes famosos». Pero no fue hasta los 30 años cuando decidió dar el salto profesional, dando rienda suelta a la «caricatura, mi gran pasión».

En cuanto a qué le permiten expresar los dibujos satíricos, el ulldeconense dice que «una caricatura es como resolver un crucigrama, es decir, cada rostro tiene distintos rasgos que te dan juego para crear la caricatura. En definitiva, se trata de dibujar una abstracción de ese rostro, pero con alma, es decir, aunque exageres las facciones, la caricatura debe semejarse a la persona a primera vista».

Así, sigue explicando, «hay rostros que tienen más dificultad que otros». En cualquier caso, «dependerá de los rasgos del o la modelo, por ello algunas caricaturas las puedo terminar en pocos minutos y otras debo, primero, realizar múltiples esbozos hasta lograr la caricatura final».

Paco Guzmán identifica que «lo más difícil de dibujar son la boca y los ojos, porque son los rasgos más expresivos, a la vez que representativos, de una persona», pero –añade– «una vez consigues trazarlos se puede decir que la caricatura ya está casi terminada». En este sentido, reconoce que «lograr una boca perfecta es muy complicado».

Disfrutar del momento

In situ, Paco Guzmán asegura que «hacer una caricatura en la calle es mucho más rápido» y la ventaja, sigue explicando, es que «tienes al o la modelo frente a ti, en tres dimensiones». De este modo, siempre consigue sacar una sonrisa a todos sus modelos. «Una sonrisa siempre es más agradable que una cara hierática o seria», afirma el artista. De esta forma, «en las caricaturas de estudio intento buscar la psicología del personaje, es decir, si el personaje es oscuro, no puedes dibujarlo sonriendo».

De la caricatura a la pintura

En sus inicios, para el ulldeconense, dedicarse profesionalmente a la caricatura significó «renunciar a un trabajo rutinario de ocho horas y a una estabilidad, pero a cambio trabajo al aire libre y estoy en contacto con muchas personas, es decir, he aprendido a vivir de otra manera».

Asimismo, económicamente, ser caricaturista le ha brindado solvencia para tener su propio estudio de pintura, otra de sus grandes pasiones. «Ahora mismo, no me veo volviendo a trabajar en una fábrica y por ello intentaré terminar mi carrera como caricaturista y pintor». Un ímpetu creativo que durante el confinamiento exprimió al máximo. «Las personas creativas tuvimos tiempo y soledad para poder crear, lo que, a mi parecer, necesita cualquier artista. Fue una bendición que hizo que mi obra pictórica despertara». Un sueño hecho realidad que compartirá, el próximo 2 de abril a las 19 horas, en la Oficina de Turisme de Ulldecona –Antic Molí d’Oli de Cèsar Martinell–, a través de una exposición de sus pinturas y caricaturas.

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