Rufino Mesa: «Para mí, la universidad ha sido salir a la naturaleza»

El escultor ha publicado el libro Procesos Creativos, una miscelánea de apuntes, recuerdos y textos de los años de 1974-2020

07 junio 2021 06:40 | Actualizado a 08 junio 2021 09:14
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Escultor, profesor, dibujante y escritor. El artista tarraconense Rufino Mesa Vázquez, quien fue director de la Escola Taller d’Art i Disseny de la Diputació de Tarragona en Reus entre los años 1980 y 1990, es el creador del espacio CEN Comella Escultura Natura, una finca de bosque mediterráneo con más de cien obras distribuidas en un diálogo permanente con la naturaleza. Ahora, el escultor ha publicado el libro Procesos Creativos, una miscelánea de apuntes, recuerdos y textos de los años de 1974-2020, y en la que también trata las motivaciones que le han llevado a construir, a lo largo de su vida, su obra como escultor. Es el segundo volumen de la trilogía que completan Ver y pensar y Realidad Estética.

¿En qué momento sintió que debía escribir la trilogía?

El trabajo se inició cuando tenía 22 años y empecé a investigar sobre el lenguaje de la naturaleza.
Desde el año 1974 he acumulado todo tipo de información: reflexiones, apuntes, fotografías, artículos y lecturas. Al comienzo no tenía intención de publicarlos, era trabajo de taller, pero cuando he tenido la oportunidad me he dedicado a ordenar las ideas. Ahora dispongo de sosiego y tiempo para escribir.

¿Cómo ha estructurado toda la información?

El libro tiene centenares de citas bibliográficas que nos llevan a consultas y ampliación del tema. La publicación se divide en cinco capítulos tiene 90 títulos y 460 páginas. Los otros dos volúmenes son aproximadamente iguales. La trilogía comienza con Ver y pensar le sigue Procesos Creativos y acaba con Realidad Estética.

¿A qué hace referencia?

Al trabajo de observación, es decir, cómo contemplaba la naturaleza, reflexionaba sobre ella y aprendía. Para mi, la universidad ha sido entender sus transformaciones.

La creación va más allá.

La creación está en absolutamente todo, la biología, la física, las palabras, los pensamientos… Todo está en constante reformulación.

¿Qué es para usted la realidad estética?

Todo lo que observamos es una experiencia estética. Sentimos con emoción, desagrado, placer, temor, odio; en ocasiones es una experiencia sublime que nos trasforma la vida.

La estética no es únicamente belleza.

No hablo solo de lo bello, ya que lo estético también es lo terrible.

¿Qué mensaje quiere transmitir a través de la trilogía?

Que nosotros somos naturaleza y que nos estamos transformando con ella. No somos los herederos del mundo, somos sencillamente los usuarios y debemos compartir el uso del planeta con el resto de especies vivas. Lo importante es hacer de esta tierra un jardín.

¿Qué ha aprendido de la naturaleza?

Todo. Cuando empecé a estudiar Bellas Artes vi que los programas estaban desfasados; comprendí que aquello no era lo que necesitaba ni era lo que el arte debía buscar en aquella época.

¿Qué debe buscar?

Comprender la naturaleza, entenderla como la autentica creación y pactar con ella. Mejorar la comunicación social y su relación con el medio más allá de las palabras, aquellas que utilizan la ecología y las personas como excusa política.

¿Cuál es su compromiso con la naturaleza?

Mi compromiso ético está en que lo que he aprendido de la naturaleza devolvérselo a ella. Por ello, en La Comella tengo la escultura Anillo de Piedra que representa una alianza con la naturaleza, la unión y la reconciliación. No se trata de hablar de lo bonito que es el campo, se trata de tener el bosque ordenado y de replantar los árboles que mueren, es decir, se trata de ser activos. Animales y personas, todos intervenimos en la naturaleza. Los seres humanos nos hemos convertido en depredadores peligrosos.

Se trata de intervenir de forma positiva.

Sí. Hasta ahora lo hemos hecho de forma negativa como nos demuestra el cambio climático. Debemos cambiar de actitud.

Desde el nacimiento del ‘Land Art’ hasta la actualidad, las intervenciones en el paisaje han evolucionado.

Sí. Al principio eran hasta cierto punto agresivas. Rápidamente me di cuenta de que la intervención debía ser más delicada y sutil, es decir, debía ser algo más que una intervención en el paisaje para hacer una fotografía y exhibirla en una galería. Esto no es arte, puede ser espectáculo o provocación, pero no nos ayuda a ser más conscientes de cómo es el mundo. El Land Art es sencillo: plantar un árbol, recoger el agua, cuidar la tierra. También hacer un círculo en el suelo y ocultar una palabra: lo importante es el compromiso que asume el creador. Si colocas una escultura en el bosque, haz que la planta le proporcionen luz y sombra. Debemos unir concepto, estética y ética.

El paisaje actual ha cambiado.

Cada carretera o puente que se diseña es beneficioso para los seres humanos, pero no para el resto de especies.

¿Qué debemos hacer?

El Assaig de càntic en el temple de Salvador Espriu dice: Oh!, què cansat estic de la meva covarda/Vella, tan salvatge terra/I com m’agradaria d’allunyar-me’n/Nord enllà, on diuen que la gent és neta/I noble, culta, rica, lliure/Desvetllada i feliç. Pero la solución no está nord enllà, es decir, no podemos huir, sino que debemos cambiar nuestra relación con la naturaleza.

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