‘Vino directo a mí con la mano levantada’
El testimonio de la doctora Ripollès responde a uno de los 769 casos de violencia en la sanidad registrados en España en 2023

Los casos de violencia en la sanidad han aumentado de forma preocupante.
Con motivo del Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, la Organización Médica Colegial (OMC) presentó ayer los datos registrados durante 2023, unas cifras que suponen el segundo registro histórico más alto de agresiones a la profesión, con 769 acciones violentas comunicadas a los colegios, lo que pone en relieve una problemática social que de ha acentuado con creces en los últimos tiempos y que preocupa seriamente al sector
El Observatorio Contra las Agresiones de la OMC recogió en 2023 un total de 769 agresiones, lo que sitúa la cifra total desde 2011 en 7261.
El testimonio de la doctora Ripollès, de medicina de familia, que actualmente ejerce en un centro de las Terres de l’Ebre, ejemplifica la violencia tanto verbal como física que sufren los profesionales. Este último percance ocurrió en noviembre, en el espacio de urgencias del centro tortosino. «La persona que vino era conocida, habitual en urgencias. Antes de atenderle consulté su historial y vi que tenía una receta crónica activa», explica.
Al revisar los datos del paciente, la experta se dio cuenta de que «al pedirme una receta, comprobé que en el mes anterior había retirado 14 cajas de la farmacia y en el actual ya llevaba siete y consideré que no era adecuado, desde mi responsabilidad como profesional, ese abuso. Le dije que no».
Esa negativa se convirtió en el desenlace de un episodio desagradable y violento, tanto a nivel físico como verbal, todo lo que vino después está lejos de cualquier lógica. «Por suerte, cuando esa persona entró en la consulta, dejé la puerta abierta. Vino directo hacia a mí con la mano abierta, pero fui rápida y con la silla, que tenía ruedas, me aparté. Eso sí, todo el material que había en mi mesa, acabó en el suelo, ordenador incluido», recuerda la sanitaria.
Pendiente de juicio
El grito de auxilio de Ripollès ante la agresión del paciente hizo que los compañeros rápidamente acudieran al despacho, aunque el agresor salió corriendo. En estos momentos, y después de la denuncia pertinente, el caso se encuentra en proceso y pendiente de juicio. «Con esa persona frecuento zonas comunes y muchas veces pienso qué pasaría si me lo encontrara, por ejemplo, en el autobús», lamenta.
La especialista hace más de 20 años que se dedica a un oficio que le apasiona, aunque sufrir ataques de este tipo ha hecho que, algunas veces, se plantee esa realidad laboral. «Cuando te ocurre algo así, te llegas a cuestionar si estás haciendo lo correcto y es una sensación muy desagradable». El shock emocional alcanza niveles poco recomendables.
En todo caso, no se trata de la primera coacción que padece. Hace varios años, una amenaza de muerte de otro paciente provocó que los Mossos d’Esquadra, post denuncia, le decretaran una orden de alejamiento. El caso se cerró justo después de que el agresor no se presentara al juicio previsto.
«Desde mi punto de vista creo que se trata de un problema de educación. Creo que mi trabajo es ayudar a los pacientes y a veces dices cosas y puede ser que no estén de acuerdo. Entonces tienen otras vías como cambiar de doctor y de doctora. No emplear la violencia», aclara.
De todas las agresiones sufridas en 2023, el 66 por ciento corresponde a mujeres, un dato que refleja la tendencia y que consolida todavía más el testimonio de la doctora de medicina familiar ebrense, a la espera de la resolución de esa incidencia.
En el ámbito de la Atención Primaria, los ataques representan el 43 por ciento de los casos. Por detrás se sitúan los Hospitales donde descienden siete puntos y se colocan en el 20 por ciento, por delante de Urgencias de Hospitales (10%) y Urgencias de Atención Primaria (10%), que repuntan levemente.
Amenazas y coacciones
En cuanto a los diferentes tipos de percances sufridos, en el 51% de los casos se produjeron amenazas y coacciones, mayoritariamente a mujeres (65%). Por otra parte, el 11 por ciento del total fueron golpes que acabaron en lesiones físicas, las sufrieron las mujeres en un 58 por ciento y los hombres en un 42 por ciento.
De todas las agresiones recibidas y comunicadas acabaron en baja laboral el 13 por ciento, tres puntos más que al año pasado.
En relación al 16 por ciento de ataques «estructurales», es decir, que no están relacionadas con atención médica o cuestiones asistenciales, destaca, con un 72 por ciento, el tiempo de atención, seguido de un mal funcionamiento del centro (28%).
Dentro de las causas de nuevo la principal tiene que ver con la discrepancia con la atención médica recibida, que se sitúa en el 58 por ciento, cinco puntos más que el año anterior. También destacan las discrepancias personales (11,4%) y los informes no acordes a las pretensiones del paciente (12,7%).
Respecto al tipo de ejercicio en el que se han producido las agresiones en el año 2023, se conservan datos similares a los de años anteriores, con una clara preponderancia del ejercicio público (90%) frente al privado (10%). De todas las agresiones, el 94,2 por ciento se producen en horario y entorno laboral.