Ruta
De Ruta por...la biblioteca oculta de Reus
Pau Font de Rubinat y Eduard Toda fueron contemporáneos, reusenses y amigos, aunque discutían mucho. Reunieron dos de las bibliotecas privadas más grandes en Catalunya

Biblioteca del castillo de Sant Miquel d'Escornalbou.
Fueron contemporáneos, reusenses y amigos, aunque discutían a menudo. Cada uno veía en el otro una especie de antagonista intelectual. Uno era el político y bibliófilo Pau Font de Rubinat; el otro, el egiptólogo y diplomático Eduard Toda quien, en palabras de Josep Iglésies, «s’aposentava a casa de don Pau, però es tractaven de vostè i discutien sempre. Bastava que un veiés una cosa blanca perquè l’altre la veiés negra». Ambos reunieron dos de las bibliotecas privadas más grandes de Catalunya: Font de Rubinat alcanzó los 47.000 volúmenes y Toda, 60.000. En la ruta de esta semana descubrimos el destino actual de ambas bibliotecas: una se guarda en un castillo sobre una montaña cónica y puede visitarse; la otra permanece a la vista de todos en pleno corazón de Reus. ¿Dónde están?
Dos biografías, un legado
La literatura se ha encargado de retratar a ambos personajes en su vejez, aunque desde miradas distintas. Josep Pla intentó hacerlo en su serie de Homenots, pero Pau Font de Rubinat perdió todo interés en colaborar con él tras leer el perfil que el periodista dedicó a su amigo Eduard Toda, al que consideraba poco fiel. Así eran estos reusenses apasionados por la cultura. El Toda de Pla, en la cuarta serie de sus homenots, aparece como «un home extremadament discret, que havia convertit la discreció en el pern de la seva vida, que no semblava pas fiarse de ningú, sobretot de les persones que li feien la garagara com amics». Por su parte, Josep Iglésies describe a Font de Rubinat como «un home alt, més aviat corpulent i molt ben proporcionat» que «delatava la seva condició intel·lectual al primer cop d’ull; no tenia absolutament cap mena de pose, però la seva figura encomanava respecte i consideració». Estas eran las palabras del geógrafo en el libro Don Pau Font de Rubinat dins l’àmbit reusenc (1961).

Vista del castillo de Sant Miquel d'Escornalbou desde la carretera.
Un ‘châteaux’ en el Baix Camp
En el año 1907, Eduard Toda compró las ruinas de Sant Miquel d’Escornalbou, tal y como demuestra una carta que él mismo envió a Francesc Matheu y lo restauró a su gusto desde Londres. Así las cosas, Toda adquirió una casa en l’Argentera, el municipio más cercano al conjunto, y la convirtió en una base de operaciones a cuyo frente puso a Francesca Güell i Mercader, su madre, quien supervisó las labores de reconstrucción a fin de que obedecieran a la visión de su hijo. He aquí el motivo por el que Toda la reconoció como la «restauradora d’Escornalbou», en el libro de historia que escribió del lugar. De acuerdo con Jordina Gort Oliver en Eduard Toda i Güell: la passió per la cultura, el objetivo del reusense era establecer punto de encuentro de intelectuales, un châteaux europeo como el castillo de Coppet en Suiza, donde Madame de Staël reunió a las más preclaras mentes del viejo continente y escribió algunas de sus obras más destacadas. Toda reunió en el lugar Puig i Cadafalch, Henry Thomas, el rey Alfonso XIII o el cardenal Francesc Vidal i Barraquer y, en lo que a libros se refiere, aglutinó una colección de más de 60.000 volúmenes. En la actualidad, el castillo conserva 2.577 referencias, al menos según el catálogo elaborado por la Biblioteca de Catalunya.

La puerta real de Santa María de Poblet.
Una biblioteca esquiva
Sería esperable, a la luz de lo anterior, que la biblioteca de Pau Font de Rubinat estuviera en un lugar igual o más icónico que la de Eduard Toda; sin embargo, está en el corazón de Reus, en la residencia privada de Font de Rubinat, a caballo entre el Carrer de la Presó y el Carrer de les Galanes, pasando desapercibida a propios y extraños. He aquí la faceta más ignorada –y quizá la más interesante según Iglésies– del exalcalde, su faceta bibliófila: «podia arribar a les seves mans un llibre brut i estripat, malmès en desmesura pels homes […] que, si s’ho volia, n’eixia purificat i renovat de tal manera que ningún no el podia reconèixer». Este «fraire laic, vidu des de 1905, reclòs entre llibres», repartía sus volúmenes «en tots els indrets i en totes les habitacions, fins en els dormitoris», incluso «embolicats sovint en paper de diari fins dalt dels armaris on guardaven llurs robes les filles». Es más, Toda, que Iglésies nos recuerda que «era molt fredolic i devot del foc a terra» dormía en uno de los dormitorios del piso superior —una de las más frías— porque la que había junto a la estufa estaba ocupada por montones de libros. Pau Font de Rubinat, aquel hombre al que el marqués de Portago desafió a un duelo en Zaragoza, murió el 4 de diciembre de 1948 en Reus. Eduard Toda, su amigo y restaurador de Poblet, falleció siete años antes, un 26 de abril de 1941, tras realizar su sueño adolescente de restaurar el monasterio de Santa María de Poblet, al que dedicó los últimos años de su vida.