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Radiohead despliega su leyenda en Madrid

La banda inaugura su nueva gira de reencuentro con éxito y salda una deuda histórica con la ciudad

El vocalista de Radiohead Thom Yorke, durante su actuación anoche en Madrid.

El vocalista de Radiohead Thom Yorke, durante su actuación anoche en Madrid.Alex Lake

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Radiohead, que es probablemente al rock alternativo lo que los Stones al rock clásico, volvió a los escenarios siete años después de su último parón con un concierto en Madrid que a su vez tenía mucho de saldar una deuda pendiente, pues hacía más de dos décadas que no pasaban por la ciudad.

Quién sabe si por solventar ese agravio, los británicos escogieron la capital española para arrancar esta gira singular, extraña por su formato de minirresidencias (tocarán cuatro noches en cinco ciudades europeas diferentes) y porque no hay un disco con material inédito que promocionar desde A Moon Shaped Pool (2016).

Esa circunstancia ha derivado en que este sea un "tour" en el que el grupo hace un repaso profundo de su repertorio en lugar de atarse a un hito discográfico concreto, ante un público ávido de su leyenda que lo ha agasajado con fervor reverencial durante las algo más de dos horas de concierto.

Huelga decir que las entradas volaron, una señal de que ni se les ha penalizado por su ambiguo posicionamiento respecto al genocidio israelí pese a su fama de grupo contestatario y muy político, de los primeros en plantarse por ejemplo contra los abusos del gran capital de la industria discográfica.

Su vocalista, Thom Yorke, sí señaló muy recientemente que él no actuaría ahora mismo en Israel y que no querría estar "a menos de 8.000 kms de Netanyahu". Su compañero Jonny Greenwood, casado con una israelí, ha insistido sin embargo en mantener los puentes con este país.

Sea como fuere, la cuestión sobre Gaza se ha quedado esta noche fuera del espectáculo, que arrancó un poco antes del inicio de la música con un juego de luces y sonidos a lo Encuentros en la tercera fase aprovechando la estructura circular del escenario colocado en mitad de la pista.

Esta estructura permitió por un lado que el Movistar Arena pudiera ampliar su aforo habitual hasta las 17.000 personas, casi el máximo histórico, y se ha convertido además en el gran foco visual del show gracias a unas grandes pantallas verticales translúcidas en su perímetro que subían y bajaban según la canción.

Hubo tiempo para hacer un repaso generoso que no llegó a 1992, cuando lanzaron su archiconocida Creep (con la que mantienen una relación difícil y apenas tocan en vivo, tampoco en Madrid), pero sí a The Bends (1995) , del que ha sonado Fake Plastic Trees, y sobre todo a sus discos posteriores, especialmente Ok Computer (1997) y Hail To The Thief (2003).

Para hacerlo, al quinteto habitual integrado por los mencionados Yorke y Greenwood, así como por su hermano Colin Greenwood (bajo), Ed O'Brien (guitarra) y Philip Selway (batería y percusión), en esta gira los acompaña Clieve Deamer para amplificar el poder de la percusión.

Minutos antes de la hora señalada todos ellos desfilaron desde una esquina del recinto hasta el escenario, dispuesto como una jaula formada por las pantallas que, entre tonos rojos, acompañaron la suave levedad de Let Down, el primero de todos los cortes.

No huboque esperar mucho para probar la otra faceta musical de Radiohead, la más ardua o árida, la de la tensión y la distorsión musical, la más experimental, con 2+2=5' y 'Sit Down. Stand Up, la cual por cierto no tocaban desde 2004.

En ese intercambio constante entre la caricia y el reto se mantuvo todo el concierto, con Yorke como perfecto maestro de ceremonias, un espectáculo dentro del espectáculo, con su ropa deportiva amplia, su media melena y su barba de varios días, sentado al piano con delicadeza en la bella No surprises o contorsionándose y aullando a la medida de cada tema, como en 15 step.

Gracias, esbozado en castellano en un par de ocasiones, fue toda su interacción directa con los asistentes, que lo adoraron igualmente y que han aplaudido de manera más vívida la entrega del grupo por ejemplo con Bodysnatchers entre los guitarrazos furiosos de Greenwood.

A Idioteque le siguió aún un largo tramo de bises que ha incluido el citado Fake Plastic Trees convertido posiblemente en el momento más bonito y bucólico de la noche entre luces, además de otras piezas como 'Paranoid Android', 'How To Disappear Completely' y el cierre por todo lo alto con 'Karma Police' y, con ella, con un sonido que llenó de personalidad sonora los años 90.

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