Fue en 1917 que Pau Casals decidió que no volvería a tocar en Rusia tras los sucesos de la Revolución Rusa y la implantación del sistema comunista.
El violoncelista, que ya era requerido por todo el mundo para ir tocar, anunció su renuncia a Rusia en señal de protesta.
Lo anunció en Nueva York, donde años más tarde debutó como director de orquesta (1922). Años antes (1904) había tocado por primera vez en la Casa Blanca.
A la negativa de actuar en Rusia le siguieron otros países en los que no hubiese democracia.
Casals había dado su primer concierto en Rusia en 1905. Fue uno de los años más activos. Tras instalarse en París inició una relación sentimental con Guilhermina Suggia.
Tocó en Berlín, Bruselas, París, Frankfurt y San Petersburgo, donde tocó en noviembre en la Sala de la Nobleza.
Allí entró en contacto con los círculos musicales de Moscú: los pianistas Alexander Siloti, los compositores Rimsky-Kórsakov, César Cui, Glazunov y Alexander Skriabin.
Tras una gira de conciertos por Europa y Estados Unidos, en octubre, después de la Revolución Rusa, Casals decidió no volver a tocar en Rusia como rechazo a sus políticas y en apoyo a la situación vividas por amigos como Alexander Siloti.