En 2016, la editorial Minúscula publicó “Buena alumna”, de la escritora argentina Paula Porroni. Para entonces, la autora era una completa desconocida y entregaba al mercado un texto poco común: breve, conciso y con un sinfín de tramas que se tejían de manera asfixiante. El relato era sencillo, una mujer viajaba a la otra punta del mundo para estar en compañía de su mejor amiga, con la que mantenía una relación tóxica, mientras vivía de forma precaria e intentaba sacar adelante una tesis sobre la obra de un naturalista en una universidad remota. La novela se tradujo al francés.
Quienes leímos aquella novela, nos fascinamos con la forma tan precisa que la narradora tenía de nombrar las oscuridades que pueden cercar la identidad de alguien que decide alejarse de sus raíces. No obstante, los caminos de la migración cuya gasolina no era la falta de conformidad ante un escenario político X, tal vez perdían fuelle ante aquellos títulos que sí profundizaban en una diáspora de tono más severo y trascendental. No obstante, al cerrar sus páginas se entendía que tomar distancia de una madre que representaba la tierra a la que no se quiere pertenecer es el acto político contra la sangre más esencial que existe.
No obstante, la apuesta que Porroni efectuaba, algo tímida, se mantiene con mucha fuerza en esta nueva incursión. Esta vez, la argentina nos presenta a una profesora de francés que regresa a Argentina tras unos años en el viejo continente y se encuentra con que tiene que vender el antiguo departamento de su madre, ya fallecida, para poder pasar a la siguiente pantalla o etapa vital. Sin embargo, una cosa es lo que uno desea y otra cosa lo que se le da.
Resulta sorprendente y mágico que en una novela que no llega a superar el centenar de folios Porroni reúna, tras un silencio de casi una década, los temas más candentes de hoy, apuntalados con sencillez y en ausencia de esa soberbia que solo se exhibe cuando alguien decide estar al día con lo inmediato. En el texto de Porroni, están las aplicaciones para ligar, una protagonista que fuma y que fuma mucho, contrariamente al querer dejarlo y no hacerlo nunca que se ha infiltrado en nuestras conversaciones y las relaciones sociales que no funcionan porque vivimos en un aislamiento casi conventual. Las decepciones que experimentamos a cada segundo marcan el ritmo y el estilo de esta novela sensacional en la que se nos hace figura una pregunta que atraviesa tanto nuestras vidas como la literatura: ¿qué nos está pasando?

La vacante
Autora: Paula Porroni
Editorial: Minúscula