La Banda Simfònica de Reus va camino del podio mundial

Alcanzar la excelencia artística y musical; fomentar la cultura y sus valores; ofrecer un espacio de formación permanente; incentivar el trabajo cooperativo y la cohesión social; y promocionar la imagen de Reus por todo el mundo. Sobre la base de estos pilares, la Banda Simfònica de Reus (BSR), con 15 años de trayectoria, se ha labrado el camino hacia el éxito.

Una trayectoria que de nuevo se verá reconocida con la participación en el World Music Contest Kerkrade 2022, el certamen de referencia a nivel mundial que se celebra en julio cada cuatro años y que congrega a centenares de agrupaciones de todo el mundo, en las diferentes categorías y modalidades. «Que nos hayan vuelto a escoger es un éxito y participar es un reto, ya que la intención es mejorar la tercera posición que conseguimos en 2017», explica el vicepresidente de la Banda Simfònica de Reus, Pascual Toral Juanpere, quien recuerda que «para poder cofinanciar el viaje, hemos impulsado una campaña de Verkami».

El concurso se celebra desde 1951 y solo dos bandas catalanas han participado: la Agrupació Musical Senienca (2001) y la misma Banda Simfònica de Reus (2017), cuando obtuvo la tercera posición con una puntuación de 94,80 puntos sobre 100. Así, la formación musical reusense camina con la mirada puesta en el podio mundial.

En esta ocasión, la Banda Simfònica de Reus participará en la segunda división con más de sesenta músicos, y deberá interpretar una pieza de calentamiento, la pieza obligada y una de libre elección, todo en un máximo de 35 minutos en el escenario del Rodahal Concert Hall. «Al margen de la obra obligatoria para todas las bandas participantes dentro de la categoría, como obra de calentamiento hemos elegido un pasodoble, ya que es una música muy apreciada, mientras que la composición de libre elección es del compositor valenciano José Suñer-Oriola, El Jardín de Hera, y que está clasificada con un nivel de dificultad seis plus», detalla el vicepresidente. Sobre la complejidad de la partitura, Graciel·la Pereda Chiapella, miembro de la Comissió de Músics de la BSR, detalla que «a nivel técnico y rítmico tiene mucha dificultad, con momentos muy delicados y muchos planos sonoros, que se deben trabajar para que suenen de forma acorde». Asimismo, disponer de un tiempo máximo de 35 minutos «es una presión añadida para los músicos, pero sobre todo para el director Joan Ramon Reverté Reverté».

Viajar a Kerkrade significa una oportunidad para reforzar lazos entre los músicos. «Después de dos años de pandemia, en que se han reducido bastante las oportunidades de poder actuar, el certamen requiere de un gran trabajo en equipo, por lo que esperamos salir reforzados de la experiencia», afirma Graciel·la Pereda. Por último, el vicepresidente recuerda que en julio la Banda Simfònica de Reus volverá a convocar las pruebas para incorporar nuevos miembros, con el objetivo de «ampliar la banda, para que tenga continuidad y pueda afrontar nuevos retos».